Ya me siento monotemático con este tema de rasgos. Pareciera que no sé hablar de otra cosa que no sea de dicha exposición, pero la verdad es que es buena. Muy buena… Tanto así que ha generado una serie de “costos marginales” que el museo no había contemplado. No son costos altos, pero… Permítanme contarles:
Costos fijos:
- Valor de la exposición (que ha sido comprada por el museo a precio “de huevo”)
- Salario al personal del museo (que no se cuanto sea)
Costo marginal:
- globos de colores…
- Chupetas (bombones, caramelos, etc)
El motivo de los segundos costos, los marginales, es simple: En este momento se realizan 5 exposiciones en el museo, y la más visitada es Rasgos. Buena parte del publico proviene de escuelas y colegios, pero… pero… Pero una vez llegan a la puerta ya no quieren entrar. Se paran a la entrada de la sala y de repente se sienten aterrados. Una gárgola vigila su entrada y muchos de ellos, al mirarla, dicen “que no quieren, que mejor no, que ya es tarde…” … Pero es tarde, porque deben entrar…
Y luego… los espera un rostro (figura que usa la técnica de joisel publicada por la BOS) Y ese modelo los mira fijamente de arriba abajo, de afuera hacia adentro y justo a la altura de sus ojos… Ha generado, miedo y espanto, incluso llanto…
Y al fin, superados algunos obstáculos surgen asombros y sonrisas, disfrute y sorpresa con algunos modelos vistos… Cientos de figuras más tarde cuando llega la hora de salir no quieren hacerlo, pero no es por la felicidad conseguida adentro….
Franqueando la entrada, justo al lado izquierdo donde nadie la vio al ingresar se encuentra ella, parca muerte, que con su metro y medio de altura advierte a quienes tratan de salir… Otra vez, de nuevo, comienza el llanto…
A mi, la historia me ha dejado feliz. Un par de compañeros de lao me dicen que “yo si soy mala persona por disfrutar de eso”, pero lo que disfruto no es el llanto: es la emoción. Saber que la exposición conmueve a quienes van, y que por lo menos los niños asistentes no pueden negar la emoción.
Eso me alegra, con una alegría dulce. Simple emoción.
Costos fijos:
- Valor de la exposición (que ha sido comprada por el museo a precio “de huevo”)
- Salario al personal del museo (que no se cuanto sea)
Costo marginal:
- globos de colores…
- Chupetas (bombones, caramelos, etc)
El motivo de los segundos costos, los marginales, es simple: En este momento se realizan 5 exposiciones en el museo, y la más visitada es Rasgos. Buena parte del publico proviene de escuelas y colegios, pero… pero… Pero una vez llegan a la puerta ya no quieren entrar. Se paran a la entrada de la sala y de repente se sienten aterrados. Una gárgola vigila su entrada y muchos de ellos, al mirarla, dicen “que no quieren, que mejor no, que ya es tarde…” … Pero es tarde, porque deben entrar…
Y luego… los espera un rostro (figura que usa la técnica de joisel publicada por la BOS) Y ese modelo los mira fijamente de arriba abajo, de afuera hacia adentro y justo a la altura de sus ojos… Ha generado, miedo y espanto, incluso llanto…
Y al fin, superados algunos obstáculos surgen asombros y sonrisas, disfrute y sorpresa con algunos modelos vistos… Cientos de figuras más tarde cuando llega la hora de salir no quieren hacerlo, pero no es por la felicidad conseguida adentro….
Franqueando la entrada, justo al lado izquierdo donde nadie la vio al ingresar se encuentra ella, parca muerte, que con su metro y medio de altura advierte a quienes tratan de salir… Otra vez, de nuevo, comienza el llanto…
A mi, la historia me ha dejado feliz. Un par de compañeros de lao me dicen que “yo si soy mala persona por disfrutar de eso”, pero lo que disfruto no es el llanto: es la emoción. Saber que la exposición conmueve a quienes van, y que por lo menos los niños asistentes no pueden negar la emoción.
Eso me alegra, con una alegría dulce. Simple emoción.