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Una de las obras clásicas que me gustan es La ola de Hokusai. Una pieza célebre, famosa y cuestionada, pero que sin duda genera un cierto punto mágico que ha servido de origen a tantas y tantas representaciones. Para algunos sus crestas son garras que se lanzan sobre un indefenso barco, y para otros son simplemente un antecesor de los fractales. Yo no destaco ni lo uno ni lo otro. Lo que me gusta de la obra es la forma en que ha permitido que de la ola emerjan nuevas figuras. Ya sea los caballos que en el señor de los anillos salen de su cresta, o los tritones de una marca de wisky, esa ola a dado vida a tantas y tantas olas que ya no hay playas a las cuales llegar.
Alguna vez conocí una foto en origami de este modelo. Aunque no me encantó completamente si me ofreció un hermoso panorama: Tantos y tantos pensamos en el mismo tema, y cada uno lo interpreta de formas tan distintas... Durante algunos meses he buscado yo mi ola, pero sin demasiado éxito, principalmente a nivel estructural, es decir: no he conseguido una ola que se tenga en pie. Pues bien, una ola nueva a tocado a mi playa, y creo que esta al fin fluye como el agua.
Por ahora, aqui esta una de ellas...
y, además una frase con una claridad que me ha asustado:
..."La técnica emana del espíritu." Liszt
2 comentarios :
porque voce nao coloca os diagramas?
Joao, nunca los he realizado.
Este es en realidad un boxpleating simple, que creo que no te cuesta deducir.
Saludos!
daniel
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