sábado, agosto 18, 2007

Novedades

Corren tiempos nuevos, y corren algunos abandonos... Pero, aunque poco pliegue últimamente, no he olvidado estas soledades, que últimamente se llenan de palabras..

Hoy, aún sin modelos nuevos por presentar, enseño dos novedades que me llenan de orgullo.

Una de ellas, es una novedad que no depende de mí, sino de la buena voluntad y ventura, de un origamista con tiempo y un segundo idioma. Untalgregorio (o más bien debiera decir Gregorio Vainberg) me ha regalado la traducción de una entrada. Lo que esperamos y deseamos, ambos, es que sean más, y eso permita a las 1120 personas brasileras que han entrado a soledades una lectura más a gusto.... Es solo un 4,4% del total de lectores de soledades. La inmensa mayoría lee en español, y lo seguirá haciendo, y algo más del 6.8% procede de Estados Unidos, pero como el español por esos lados va en aumento (y además no escribo en inglés) creo que no se sentirán ofendidos...

Por ahora, en portugués, solo una entrada: Otro ángel más, pero más vendrán y solo habrá que buscarlas con la etiqueta Portugués


La segunda novedad, creo que ya muchos la conocen, pero para aquellos que aún no:

He creado una galería en Flickr, con el tema del origami. Probablemente sea el sitio ideal para aquellos que simplemente quieren ver las fotos de los modelos, sin preguntarse por el texto que los origina o los acompaña. Espero les guste y eso no impida visitar estas soledades.


Un abrazo a todos los que aún están
daniel

***



Versión en portugués, Gregorio Vainberg



Correm novos tempos, e correm alguns abandonos... Mas, por mais que pouco dobre ultimamente, não esqueci destas solidões, que ultimamente enchem-se de palavras.
uma delas é uma novidade que não depende de mim, senão da boa vontade e ventura, de um origamista com tempo (nem tanto, N do T.) e um segundo idioma. Untalgregorio (que venho a ser eu, Gregorio Vainberg, N do T.) me presenteou com a tradução duma entrada. O que esperamos e desejamos, ambos, é que sejam mais, e isso permita às 1120 pessoas brasileiras que entraram a "solidões" uma leitura mais a gosto... È só um 4,4 % do total de leitores de solidões. A grande maioria lê em espanhol, e o seguirá fazendo, e pouco mais do 6,8 % procede dos Estados Unidos, mas, como o espanhol nessas bandas vai em aumento (e eu não escrevo em inglês) creio que não se sentirão ofendidos...


Por enquanto, em português, só uma entrada: Mais um anjo,; outras virão e só haverá que buscá-las com a etiqueta português.


A segunda novidade, acho que muitos já a conhecem, mas para aqueles que ainda não:
Criei uma galeria Flickr, com o tema origami. Provavelmente seja o sitio ideal para aqueles que simplesmente querem ver as fotos dos modelos, sem se perguntar pelo texto que os origina e acompanha. Espero que gostem e que isso não impeça visitar estas solidões.


Um abraço a todos os que ainda estão.

viernes, agosto 17, 2007

Creencia

CREENCIA


Creo en que tras la noche vendrán los días

En que las mañanas son el recuerdo de otros tiempos en que éramos más simples y más puros

Creo en vos, mujer, que despertás a mi lado.

En que para ser uno tenemos que ser dos y en que en el fondo no somos más que soledades.

Creo en que el tiempo simplemente pasa para que las cosas no pasen a un mismo tiempo

En que he de morir algún día, pero que antes quisiera haber vivido.

Creo en que para aprender hay que enseñar

En que para enseñar hay que oír

En que para oír hay que callar.

Creo que el cielo tiene forma de mujer, y en que el paraíso se encuentra oculto en la piel de una

Creo que he mentido, amado y muerto varias veces

que he vivido, odiado y desnudado otras veces más

Creo que Dios debe aburrirse eternidades estando solo

Creo en la piel de una mujer que me espera desnuda

Creo que no existe diferencia entre arte y ciencia

En que existe una escalera de caracol que da vueltas a la luna

En que las estrellas se pasan contemplando como la tierra sale cada noche

En que somos tontos

En que somos sabios

Creo en la maldad del hombre, aunque a veces cometemos actos buenos

Que no hay verdad cierta ni mentira falta

Creo en la poesía

En el arte

En la belleza

Creo en la literatura como liberadora

En la escultura

En la música, la buena música

Creo en que el universo confabula, constantemente, por enseñarnos aquello que merecemos aprender

Creo en los principios, en los finales, en las reuniones

Hay días en los que también creo en mi mismo

Y otros en los que creo en los otros

Si, Creo

Daniel Naranjo

***

Versão em português (Untalgregorio)


Crença



Creio em que trás da noite viram os dias

Em que as manhãs são a lembrança de outros tempos em que fomos mais simples e mais puros

Creio em você, mulher, que acordas ao meu lado.

Em que para ser um, temos que ser dois, e em que no fundo não somos mais que solidões.

Creio em que o tempo simplesmente passa para que as coisas não passem ao mesmo tempo.

Em que hei de morrer um dia, pero que antes quisera ter vivido.

Creio em que para aprender há que ensinar

Em que para ensinar há que ouvir

Em que para ouvir há que calar.

Creio que o céu tem forma de mulher, e que o paraíso se encontra oculto na pele duma.

Creio que hei mentido, amado e morto varias vezes
que hei vivido, odiado e desnudado outras vezes mais.

Creio que Deus deve entediar-se eternidades estando só.

Creio na pele duma mulher que me espera nua.

Creio que não existe diferencia entre arte e ciência.

Em que existe uma escada caracol que dá voltas à lua.

Em que as estrelas passam-se contemplando como a terra sai a cada noite.

Em que somos tolos.

Em que somos sábios.

Creio na maldade do homem, porem às vezes cometamos atos bons.

Que não há verdade certa nem mentira falsa

Creio na poesia.

Na arte

Na beleza.

Creio na literatura como libertadora.

Na escultura.

Na música, a boa música.

Creio em que o universo confabula, constantemente por ensinar-nos aquilo que merecemos aprender.

Creio nos princípios, nos finais, nas reuniões.

Há dias nos que também creio em mim mesmo

e outros nos que creio nos outros.

Sim, Creio.

Daniel Naranjo

miércoles, agosto 01, 2007

La ciudad de la serpiente

La soledad en la que tengo a estas, mis soledades, me tiene un poco asombrado... La verdad se debe, principalmente, a que tanto hago que ya el tiempo no me da para hacer...

Y no me gusta abandonar estas soledades que también las amo.

Por estos días, sin embargo, resulta más fácil escribir que plegar. Hace unas semanas, de hecho, me atrevía a hacer algo que nunca había hecho. Enviar un texto a un concurso... No sé que texto ganó, pero sé que no fué este. Lo pongo en soledades, simplemente, para que aquellos que gustan de leerme sepan que sigo, aún, con la palabra en la punta de los dedos. Lo pongo en soledades, simplemente, para recordarme que sigo aquí, en la punta de los dedos.
***


La ciudad de la serpiente


La ciudad, esa propia, esa llena de desencantos y de engaños, que te mira y se sonríe en verano, que irremediablemente te llama a gritos y pide que vuelvas, esa que te pide que te vayas para quererla de nuevo, esa de mujeres hermosas que caminan en la calle, esa ciudad es aquella en la que nací y crecí. Pero, debo decirlo, hoy soy extranjero. Soy también un desplazado, llamado por montañas verdes que habitan el oriente… Soy extranjero por días y por noches, porque su embrujo todavía me llama, incansablemente, y me pide que la habite una vez a la semana. Y yo la habito.

Sin querer, sin preguntar ni pedir permisos, esta ciudad de la que hablo se roba los afectos y los tiempos, las miradas. Sin querer, a veces se roba tus odios. El lugar de mi querer se ha ganado también mis dolores desde hace algunos meses. Antes, lo confieso, tenía mis amores. Aquel lugar del que hablo es el punto de enlace que me abre la puerta de aquella que ahora es mi ciudad del corazón. Este lugar extraño (parte animal y parte monstruo), atrae a mares de gente, pensando en su propia vida, en su propio tiempo. Ignorantes de su suerte son devorados y escupidos por aquella serpiente que recorre las calles en minutos, los kilómetros en segundos.

Y uno, a veces, se siente barca en altamar… Cuando el sol toca apenas la montaña, cuesta distinguir el sentido de las olas, y como gota de agua te sientes succionado, escupido, bebido y luego vomitado contra una pared de otras gotas que te esperan puertas adentro mientras anuncian con el cuerpo que no cabes, que no puedes seguir, y el reloj incansable dice que debes entrar y aguantar y respirar y correr y seguir y llegar. La serpiente te devora y te lleva en su estómago, donde otros como vos miran sin mirar y otros escuchan sin escuchar.

En aquella panza el tacto toma una dimensión distinta, negada y siempre presente. Te tocan, te huelen, te manosean, te sudan, te untan sin pedir permiso y sin querer autorización. Y tu, rencoroso y a un mismo tiempo solidario, tu tocas, hueles, manoseas, sudas y untas sin pedir permiso y sin querer autorización. Sientes el calor del otro en tu nuca, y deseas ser otra gota más que se evapore, tiemblas, piensas en caer, y de repente descubres que no hay caída posible, que otra gota más está ocupando el espacio de tu descenso. Entonces de repente la serpiente se detiene, se queja, gime, y otro mar de gente sale por su boca y nuevas gotas son succionadas y llevadas hacia adentro; uno sale, devorado, y cinco más son engullidos porque aquel estómago siempre hace espacio a alguno más.

Esta serpiente tiene nombre, y todos lo conocen. Esta serpiente tiene un rostro, aunque su interior de metal y sudor se cubra en maquillaje para mostrarlo. La serpiente últimamente habla poesía, habla sobre arte, sobre otros que hace años escribieron y contaron de una ciudad y de una gente que no conocía un animal como este. El maquillaje en la mañana a veces habla sobre el artista que sigue siendo niño –niñez interminable dice-, a veces de lo lúgubres que somos. Y uno se pregunta si alguna de las tantas gotas que habita la panza de aquel monstruo se sentirá en niñez interminable en aquel momento, y cuántos sentirán aquel gemir del alma porque en su espalda llevan el propio mundo, y cuántos más no habrán visto siquiera el maquillaje que la panza lleva… Yo lo vi, y fue imposible evitar una sonrisa. Ella, que no se quien sea ella, también lo vio. Y su rostro se ha sonreido.

El lugar de mis odios es también el lugar de mí querer. A veces, en la tarde, la gente esta cansada y de nuevo es devorada, y justo entonces ríe. Ríe de aquella gota que para no caerse se toma del cuello de un extraño que se toma de las entrañas de metal. De aquella misma gota que también ríe de su temblor. En ese mar de gotas, a veces, uno encuentra gotas iguales, que no se hablan, que no alcanzan a tocarse, que no alcanza a mirarse, pero que están ahí y se sonríen, cómplices.
El lugar de mis amores es también el lugar en el cual sé, que cada día, que cada noche, cuando el sol apenas toque la montaña, he de buscar aquella gota que al mirarme sonría una vez más...
Daniel Naranjo