viernes, abril 15, 2016

Monotonías

Hay quienes quieren que el mundo funcione a su imagen y semejanza. Sueñan que todo ocurre de la manera que quieren, que sus normas permanecerán eternas, impasibles, inmóviles frente al paso del tiempo.
Pobres. En el mejor escenario su mundo se volverá como lo sueñan, una infinita sucesión de monotonías, un eterno devenir de aburrición.
Pobres, insisto, porque el mundo es ancho y ajeno, porque todo cambia, porque nada permanece inalterable frente al ritmo de los tiempos, porque el mar rompe la playa, porque la montaña cambia su forma, porque los niños crecen y los amores cambian, porque todos los días amanece pero ningún amanecer es igual al anterior.
Pobres otra vez, que por sus caprichos se pierden la alegría del mundo, que con su ceguera sólo quitan a los demás su felicidad.
Dicen que un viejo dios, de vanidades ebrio, quiso hacer al hombre a su imagen y semejanza. Basta salir a la calle para descubrir el resultado de aquel capricho.
También él pobre. Dicen que hace siglos no viene por el mundo por el creado. Algunos creen que no lo hace por vergüenza. Yo sospecho que no viene por tristeza.