Monto en bus, de nuevo. En la banca a mi lado escucho a un joven hablar con su madre:
"Le tengo una sorpresa mamá; es que me voy a graduar de técnico profesional. No entiendo mijo. Es que no me voy a graduar de técnico sino de técnico profesional; profesional mamá, profesional. ¡Qué es esa emoción mijo!. Si mamá, ya voy a poder trabajar en lo mío, no como si sólo fuera un curso mamá..."
Y la mamá, desde aquí la veo, no puede ocultar el brillo en sus ojos. Una parte de lágrimas, dos partes de orgullo.