Mi madre son muchas mujeres. Una vez quise contarlas pero pronto perdí la cuenta. Todas ellas se la pasan metidas en un cuerpo que le queda pequeño de tantas que lo habitan. A veces sale una y conversas con ella. Otro dia sale otra distinta que algún asunto diferente tiene para enseñarme. Sólo hay que estar un poco atento a lo que ocurre.
Hay días en que, dentro, se pelean entre ellas. Algunas quieren una cosa, las otras lo contrario. Mi madre encuentra tiempo para todas, aunque no entiendo como lo hace.
Hay gente más simple, más coherente, que sólo cree ser una persona. Son los monotemáticos, los de siempre, los constantes. Esos son menos interesantes.
A mi me gustan las mujeres que son como libros, y que con cada pasar de los dedos te cuentan una historia diferente.
Mi madre me ha pedido que le pinte una mujer.