sábado, septiembre 30, 2017

El Faro



Adentro Me abandona la última luz del día La oscuridad lo envuelve todo. Ya no hay dioses que marquen el camino. Nunca los ha habido. Se ha dado mi alma por vencida Juguete de un cruel destino De azares y de olvidos De golpes y desprecios. No queda nada más que el espíritu caído En el abandono dulce de la derrota. Aquí estoy Barco de papel en la tormenta de un mar enrarecido Capricho de la marea Naufragio de antiguos navíos Ruinas de un mar por la cólera poseído. Al cielo levanto los ojos Y allí lo veo Faro que da luz a la tempestad de mi morada: Hacia vos remo.