sábado, abril 08, 2006

D E S E S O

Román publicó hace unos días una entrada sobre Seso, mentiras y diagramas. Al tiempo logró una entrada que habla de Ignorancias, libertades y verdades (dolorosas). No pretendo debatir sobre la entrada, porque de hecho, Saadya y Román lograron decir algo que vengo pensando hace muchos años y que nunca he logrado explicar. Sin embargo, pienso que es importante agregar algo más a dicho texto: No solo es que al diagramar un modelo se pierdan 19 formas de llegar al mismo, es que al diagramar un modelo se pierden 19 modelos distintos.

Esta bien, no ocurre en todos los casos, pero si en muchos. Al menos ocurre en una línea de origamistas que nos revelamos contra los diagramas tradicionales porque sabemos que cada cambio es un modelo nuevo. Pequeños matices generan diferencias fundamentales entre un modelo y otro. Los pequeños cambios en los lugares en que se realizan los pliegues de un rostro generan rostros diferentes, los cambios en los lugares en que se realizan las líneas que conforman la expresión de la cabeza de un perro generan cada una de las demás cabezas.Eso lo conozco hace años, pero nunca he sido capaz de explicarlo con la claridad suficiente. Es claro que no ocurren saltos evolutivos y que esa pequeña variación no va a crear una tortuga donde antes había un saltamontes, pero si genera matices expresivos. Cada orca es una orca distinta solo por el milímetro que desplacé un pliegue…

Lo peor, es que creo que el gran problema es simplemente de lenguaje. Usamos un lenguaje para escribir que se ha quedado corto para las palabras que ahora queremos decir. Ya el simple dibujo de valles y montañas con proporciones definidas está ahogando lo que se quiere decir… Y lo peor es que la mayoría de lectores no quieren leer otro idioma. Me ha ocurrido con frecuencia que diagramo intencionalmente sin dar referencias exactas, y, con gran frecuencia me han retornado los diagramas porque “no sabía donde hacer el pliegue”… Precisamente es eso. NO HAY QUE SABER DONDE ESTÁ LA LÍNEA, hay que IMAGINAR donde quiere uno que esté. Así, en muchos modelos, mi línea es distinta a la tuya y eso genera que tu figura y la mía sean distintas, y genera también que tu figura sea tuya, y la mía sea mía. Comparto también la idea de que ahora como casi siempre la palabra hablada puede más que la escrita, porque la una admite que cambien las cosas, y la otra lo condena.

Es hora entonces de pensar en otros diagramas, en otras ideas. Es hora de empezar a diagramar distinto, o a ser capaces de leer distinto. Es hora de pensar en crear un origami para jazzistas