miércoles, marzo 15, 2006

Ariadna

El año anterior me solicitaron la creación de un modelo para una fundación social. El modelo requerido era Ariadna, el célebre personaje de la mitología griega. El modelo logré crearlo algunas semanas después del encargo, pero solo la persona interesada conoció el modelo. Hoy, casi un año más tarde la presento en sociedad. Para aquellos que no están familiarizados con el mito les daré un breve resumen de la parte que en este momento nos interesa:

“En la antigua Grecia existía un famoso laberinto construido por Dédalo para encerrar el minotauro, monstruo griego con cuerpo de hombre y cabeza de toro que solo se alimentaba de carne humana que los pueblos griegos debían enviar cumplidamente al laberinto. Uno de los hombres enviados fue el joven príncipe ateniense, Teseo, quien tenía la intensión de matar al minotauro, aún a sabiendas de que moriría de hambre al no poder escapar del laberinto.
Pero una mujer se enamora de él, y antes de entrar al laberinto regaló a Teseo un ovillo de hilo que amarró a la entrada del laberinto. Con cada paso que Teseo diera el hilo se desenredaría… Así, si el joven príncipe lograba dar muerte al minotauro solo tendría que enrollar el hilo que lo conduciría a la salida al laberinto.”

Esa mujer era Ariadna. Si quieren conocer una versión completa del mito (uno de los más famosos de la mitología griega y que les aseguro es muchísimo mejor que lo que les acabo de contar, solo den un clic aquí).

Ahora, tómense un tiempo para pensar como crearían, como plegarían a Ariadna.






Fundamentalmente me enfrenté con dos dilemas: ¿cómo caracterizar a Ariadna? Fácil, es una mujer con un hilo…. Esto traía un segundo problema netamente técnico ¿Cómo plegar a partir de una hoja cuadrada, sin cortes, a una mujer con un hilo?

La primera respuesta parece trivial, lo se. Ariadna es una mujer con un hilo…. Pero…. Existen muchas mujeres con hilos. Por solo mostrar ejemplos griegos tenemos a Aracne, célebre tejedora, o tenemos a las parcas, una de las cuales desenreda el hilo de la vida… en fin, tantas mujeres tejen hilos visibles, y tantas hilos invisibles…

En mi caso lo primero fue documentarme sobre Ariadna, ejercicio que realizo con frecuencia al intentar nuevos modelos. Lo segundo fue elegir la expresión, la forma en que interpretaría al modelo.
Entendía a Ariadna como una mujer fluida, como un devenir, como un movimiento. A diferencia de Dafne que debía ser pesada en su tronco aunque sus ramas se movieran, Ariadna debía poder volar, por algo fue raptada por un dios y “elevada a casi diosa” (como muchas mujeres en estas épocas de reencuentro con el femenino), pero además no podía perder el hilo, que técnicamente no es fácil realizar. Eso me llevó a interpretar al hilo NO como hilo, sino como cinta. Algo similar a lo que usan las gimnastas en sus ejercicios. Por último, otro recurso de la estética: El movimiento de la cinta era el eje dramático para el modelo, pero en cambio el brazo solo daba peso a la figura. Eso me llevó a otra lógica conclusión, el brazo no hacía falta, podía perderlo a cambio de más cinta, siempre y cuando el cambio no fuera extremadamente notorio…

Así nació Ariadna.

Sin duda existirían otras posibles representaciones para el modelo. La interpretación que pueda darse depende de la estética que cada uno quiera darle, de lo que cada autor prefiera representar y magnificar, de la forma en que trate de hacerlo. En mi caso, esa es la Ariadna que creé y que, como a casi todos mis modelos amo. Probablemente hoy no la crearía igual. En parte tengo algunos recursos técnicos diferentes y en parte he entendido que Ariadna es al mismo tiempo otra mujer, una que se enreda en el hilo que entrega y que es, sin quererlo, su condena. No sé, quizá sea un ejercicio interesante crear una nueva, pero mientras solo digo lo que siempre: Abierto a comentarios.