Aquella mujer no volvió nunca a pasear por el hondo bosque,
y desde entonces el lobo aúlla cada noche.
y desde entonces el lobo aúlla cada noche.
Sobre la copa de los árboles ve pasar la blanca luna y recuerda su piel.
No puede evitar romper en llanto, que de soledad vive repleto.
No puede evitar romper en llanto, que de soledad vive repleto.
De dolor habla su aullido.
"Auuuuun la espero", dice entre llantos...
"Auuuuun la quiero", es su gemido...
"Auuuuun la quiero", es su gemido...
Ha de ser esa la verdadera historia del lobo feroz
que tanto amaba a caperuza.
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