miércoles, octubre 26, 2011

Velero


En el mundo del papel algunos modelos son  poéticos por naturaleza. No me refiero a la gracia de sus pliegues, ni siquiera a la belleza del resultado final de la interpretación o de la composición. Algunos modelos son poéticos por si mismos, porque guardan en sí una profunda carga simbólica. En el origami asiático la grulla es uno de estos modelos. En el origami occidental el mejor ejemplo es aquel viejo barco de papel.


Para algunos es incluso la única figura que conocen, para casi todos es aquella figura que aprendimos en la infancia. Flotas enteras de barcos recorrían nuestros juegos de niños, a veces en profundas y poderosas guerras, a veces como cargueros de palabras, y otras más como simples navegantes de recuerdos ya hoy lejanos.



Quizás la poesía de los barcos se encuentre en todos aquellos recuerdos de la infancia. O tal vez se encuentre en que son síntesis de nuestros sueños de mar. Sería lógico, pues del mar venimos y no de la tierra como muchos se empeñan en decir. Será lógico, además, pues en el mar concluimos día a día. Van al mar los besos húmedos que damos, van al mar las gotas de sudor que acompañan nuestros amores, al mar van las lágrimas que no callamos. Es el mar una profunda metáfora de nuestras vidas en la que nos perdemos, a veces, envueltos en el lento vaivén de las olas.

miércoles, octubre 12, 2011

Sale el sol

Muchos silencios. Muchas palabras por decir. Muchas cosas por contar.

Foto cortesía: Diego Alejandro Ossa
Los últimos años han sido complejos, o por lo menos atareados. ¿Por dónde comenzar? Creo que por lo más importante, por lo primero. Desde hace varios meses soy padre de un bebé absolutamente hermoso. Si, lo sé, todos los padres dicen que su bebé es el más hermoso, pero que le vamos a hacer si es cierto. Emilio, de 9 meses ya, es el motivo de la más profunda alegría que haya conocido. Y también del más profundo cansancio. Pero lo vale, siempre lo vale.

Punto dos, nuevo empleo, nueva aventura. Una locura extraña que justo con un nuevo integrante en la familia renuncie uno a su trabajo en búsqueda de más felicidad. Pero es precisamente por esa búsqueda que existe una obligación moral. Vuelvo al tema que amo, al mundo en el que las cosas pueden cambiarse. Y, si tengo un poco de suerte, a un mundo en el cuál de nuevo tendré tiempo para las cosas importantes de la vida. Plegar, amar, enseñar, jugar, aprender, crecer, todos esos verbos tan frecuentes, tan "rosa", pero tan profundamente necesarios.

Muchos cambios, muchas cosas por contar. Hablando de pliegues y palabras, este año aunque ha estado lejano de soledades no lo ha estado de palabras. Además de las participaciones en 4 esquinas (que espero pueda retomar dentro de poco), otras palabras han estado fluyendo desde los dedos. Poco a poco irán siendo develadas y espero disfrutadas.

¿Y por qué esta entrada? Porque quiero avisarme, avisarle a todos que regreso a mi. Y espero para siempre.