Llevo mi barca a la orilla
Meto en el agua
la punta de los dedos
Veo el cause, infinito.
Me tomas de la mano y me guias
por remanso y remolinos
Me enseñas la ola que escucho
dando vueltas
caracol de mi oído.
Me entrego al flujo del agua
Al ondulado vaivén
En los resaltos me aferro
De los rápidos bebo
Al fin hundo mi barca.
Río y navío son ya lo mismo
Nado en vos
que me dejas en la orilla,
vencedor vencido.
Tu, mujer, eres el río.