El 24 de octubre del 2005 (que en esa época fue lunes) colocaba la primera entrada de este blog. Era lunes, por la noche, y me dije que algo debía decir, abrir la boca, contar al mundo… Pero no sabía que contar, no sabía que decir…
Hoy ha pasado un año, y lo que menos a pasado son días. Hoy no abriría un blog público, porque descubro que cada vez es más complicado entender lo que digo, así que, mientras logro aprender a hablar de nuevo, preferiría guardar silencio. El primer año de estas soledades ha estado lejos de llevar a la madurez en lo escrito, aunque ha permitido recordar que, también para escribir, tengo mi estilo.
Ha pasado un año (tic, tac) aunque en estas soledades resulta que un año es 65 entradas públicas y 3 ocultas, más de 40 modelos, más de 7000 palabras, más de 14000 visitas (aunque creo que serán máximo unos 200 visitantes). Un año en estas soledades implica un par de cambios de enfoque y el nacimiento de otros hijos mucho más maduros que este. Un año implica cambios en la extensión de las entradas, en la frecuencia de publicación de las mismas y en lo que digo o dejo de decir.
El 24 de octubre pasado fue martes. Ese día no pensé en colocar entrada en el blog. Vinieron 78 personas, procedentes de España, Colombia, Estados Unidos, Francia, Chile, Viet Nam y algunos otros países que no sé como identificar. Ese día estaba cansado de cargar el mundo en la espalda y angustiado por la forma en que entendían las cosas las personas que quiero.
En todo caso, simplemente, quería celebrar que ya pasó un año y que en este momento (igual que en ese) me decía que algo debía decir, abrir la boca, contar al mundo… Pero no sabía que contar o que decir, pero no quería ni contar ni decir.
Felicitaciones, soledades, y que cumplas muchos más…
El 24 de octubre pasado fue martes. Ese día no pensé en colocar entrada en el blog. Vinieron 78 personas, procedentes de España, Colombia, Estados Unidos, Francia, Chile, Viet Nam y algunos otros países que no sé como identificar. Ese día estaba cansado de cargar el mundo en la espalda y angustiado por la forma en que entendían las cosas las personas que quiero.
En todo caso, simplemente, quería celebrar que ya pasó un año y que en este momento (igual que en ese) me decía que algo debía decir, abrir la boca, contar al mundo… Pero no sabía que contar o que decir, pero no quería ni contar ni decir.
Felicitaciones, soledades, y que cumplas muchos más…