domingo, diciembre 31, 2006

JANO - JANUS

Hace un par de años pude aprender, por tercera persona, cómo son plegados algunos de los impresionantes rostros de Joisel. La figura se crea a partir de la superposición de líneas que después permitirán la cavidad ocular y los ojos. Ese punto presenta el entrecejo, el punto donde nace la nariz. Esos rostros son hermosos, pero grotescos, con una propuesta estética que impresiona, pero que está lejos de ser realista. Cada línea toma significado en la medida en que se consiguen rostros con, digámoslo de alguna manera, “carácter”. No lo supe de primera voz, pero es claro que belleza y fealdad pueden convivir sin dejar de dar como resultado algo hermoso.
Hace unas semanas pude aprender, de viva voz, cómo son plegados algunos de los impresionantes rostros de Saadya. Es fascinante observar cómo se soluciona el problema de la creación a partir de un solo punto, lo cual permite un rostro “limpio” en el que los pliegues más importantes son los que resultan entre la nariz y la boca. Aunque Saadya no dijo nada sobre ese pliegue, recordé un antiguo mito que decía que esas pequeñas dos líneas en verticales que se esconden en la sombra de la nariz son un recuerdo del alma antes de llegar a la tierra: Un ángel de fuego pone su dedo sobre la boca y dice “calla lo que sabes”. Por eso no recordamos lo que sabemos del cielo.




Hace unos años empecé a investigar sobre el proceso de crear mis propios rostros. Trabajé la mayor parte del proceso por medio de pliegues escalonados. Esto permitió rostros con un amplia posibilidad expresiva, pero condenados por surcos que rodeaban la cara. Con el tiempo, aprendí a combinar otras técnicas y a lograr resultados más agradables…



He tratado de unir en un solo modelo algunos de estos aprendizajes, buscando un resultado propio a pesar de que el modelo use partes de lo creado por otros. Así ha nacido Janus. El primero de los meses, el dios de las puertas, de los principios, el dios que mira al futuro y al pasado, el dios de los finales. El dios de las dos caras, pícaro y diferente, similar en cada rostro, pero distinto. No sé si parezca un rostro propio o simplemente la copia de lo por otros hecho, no puedo juzgar eso. Nace de una hoja cuadrada, de un color en cada lado. Nace de la mezcla de escalones y de un solo punto. Nace de la búsqueda por un nuevo principio, por una nueva puerta. Una que podamos cruzar.

jueves, diciembre 28, 2006

UN CP, BABUINO

Lo bueno del tiempo es que siempre pasa… Lo malo del tiempo es que siempre pasa…
Y ha pasado ya un tiempo desde que puse la foto del babuino. Lo que no dije en ese momento es que es un modelo que no se inspiró en un babuino para ser plegado, sino en un león, para ser más exacto, en el dibujo de un león. Uno de mis cuentos favoritos, en una versión ilustrada que nunca he podido tener en mis manos. El autor del dibujo: Enrique Fernandez.
Un par de modificaciones a la idea inicial de hacer el rostro y surgió este babuino.

Para los amantes de los cp aquí vive desde ahora, esperando disfruten el plegado. Un modelo de curvas hermosas, realizado completamente con tensión en seco. Espero disfruten el plegado, y dejen que las curvas que surgen salgan naturalmente del proceso. Vuelvo a dejar aquí la foto, esperando sea de alguna utilidad.


miércoles, diciembre 13, 2006

Inútil (a dios gracias)


"El arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista. Pero ¿qué tiene de malo la inutilidad? ¿Acaso la falta de sentido práctico supone que los libros, los cuadros y los cuartetos de cuerda son una pura y simple pérdida de tiempo? Muchos lo creen. Pero yo sostengo que el valor del arte reside en su misma inutilidad; que la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas que pueblan este planeta, y lo que nos define, en lo esencial, como seres humanos". Paul Auster...
Sobra decir que pienso lo mismo del origami... Claro que también sobra decir que no hay nada que sea más útil que aquello que hace estremecer al alma.

miércoles, diciembre 06, 2006

Topografía

Ya he hablado, varias veces de hecho, sobre la relación que existe entre papel y piel, entre el acto de amar y el de doblar, entre caricia y pliegue. Alguna vez no muy lejana hablaré sobre el origami como un acto de amantes, profundizando sobre aquel “arte femenino” del que una vez comentaba Mario Arenas en una charla sobre origami. También he hablado ya sobre el papel que estoy jugando frente al papel, y sobre el lugar en el que se encuentra mi origami. En últimas, durante ya mucho tiempo he estado tratando de hacer una cartografía propia. Cartografía de piel y de papel, cartografía de lugar.

En esa búsqueda de cartografía propia, me he encontrado con diversos modelos que son aquellos que resumen el origami que hago: Barca y viento, la mujer en mi cabeza, el lirio, por ejemplo, son representaciones de aquel lugar de papel y piel que he construido. Pero también lo es esta nueva topografía:



Hablar de la cartografía de una mujer es complejo y hermoso. Hablar de su topografía me parece apasionante, porque en últimas, es esa topografía la que por si misma habla. Últimamente en los modelos que he plegado he encontrado que el papel habla desde sus piernas, desde su movimiento, desde su piel, en un lenguaje propio que rara vez es el de las rectitudes. El problema enorme es que entender ese lenguaje es como entender el del opuesto: dulce y lleno de caricias, pero al tiempo incomprensible… Entender el lenguaje del papel es complejo y en algunos casos agotador. Tratamos de condenar al papel a puntos fijos y a dobleces obligados. Lo forzamos a que diga cosas que nosotros queremos que diga, pero no lo dejamos decir lo que quiere decir… El papel se vuelve cobarde en nuestras manos y se esconde en el silencio, en la formula segura de lo conocido, en lo de siempre. Uno le pide al papel que diga cosas, y cuando el papel habla resulta que sus palabras son incomprensibles. Para colmo, resulta que hemos perdido en el proceso, el placer de jugar al escondite con el papel.

Estos estudios que estoy haciendo sobre la curva parten de lo mínimo, de lo simple, de lo puro. No sé si logre darle con esto un nuevo papel al doblez, o redefinir el origami incluyendo en él una nueva categoría. No sé si siga estudiando en este sentido, o si esto simplemente permita nutrir aquello que haré en un futuro. Solo sé que me ha resultado placentero en exceso recorrer las piernas del papel para pedirle que comparta sus palabras.