y al acercársele la arrulla para cuidar su sueño.
Murmura palabras que suben por su tallo,
y hermosamente la flor se deja ir.
Y mientras duerme, piensa aquella ave...
"Duerme desnuda mi amada,
y sus poros se abren uno a uno para saciar mi sed.
De sus flores dulce nectar tornasol
que gota a gota tiñe de color mis plumas.
Dormida a veces habla.
Cuenta sus desvarios con cada pétalo de su cuerpo.
Su cáliz, como boca, espera el beso que la toma"
Despierta después la flor, y amarra al colibrí a su aroma.
Por siempre ha en ella de beber.