Silencio y piedra. Belleza y dolor. El mito de Medusa es una historia hermosa de castigos y dolores. Se castiga la hermosura con no poder mirar, con volverse piedra. ¿De que sirve la belleza si nadie la puede ver?
Existen sobre este personaje muchísimos relatos e investigaciones que hablan de su origen y su significado. Hay quienes plantean que el personaje que le dio origen al mito existió en realidad. No pretendo hablar sobre todo aquello que se ha estudiado (tema por demás apasionante). Simplemente daré algunas referencias sobre el modelo que complementen a la figura y expliquen la simbología de la misma, y lo que motiva, en últimas, el nacimiento de este modelo, esencia del clásico.
“Cuenta el mito que Medusa era una mujer mortal. Hermosa, excesivamente hermosa. Poseidón, dios de los mares, enloquece de deseo por ella. No es claro si ella lo desea tanto a el como el a ella, solo es claro que Poseidón satisface sus deseos de piel en el templo de Atenea.”
Ahí empiezan las maravillas de la simbología: Atenea es una de las diosas de la castidad. Pura y virginal… Medusa, en cambio, es voluptuosa y llena de deseo. Son dos caras de una misma moneda.
“Atenea castiga a Medusa volviéndola monstruo. Su cabello se llena de serpientes, sus ojos convierten en piedra a quien se atreve a mirarla. Se dice que Medusa tuvo dos hijos. Uno de ellos es una de las criaturas más hermosas del mundo mitológico.”
Medusa, una de las tres gorgonas, pasa de ser hermosa a ser horrible. Pero aún sus ojos fascinan y su cabello enloquece, su caminar ese vaivén cadencioso de mujer sensual de mulata de princesa es el movimiento de las serpientes.
Es un mito mágico. A la muerte de Medusa a manos de Perseo, Atenea pone su cabeza llena de serpientes en su armadura. Terror para los enemigos, pero al mismo tiempo unificación de las dos caras de la moneda. A un tiempo virtud y a un tiempo perversión.
En mi caso, reconozco que Medusa ha sido un personaje arquetípico. Personifica a la mujer como criatura demoníaca, como mujer que seduce y espanta. Es otra Eva, otra Pandora, otra Dafne, pero lo que más atracción genera es el concepto de belleza que trae. Medusa ejemplifica que no es claro que significa ser hermosa, aunque se conozcan algunas características básicas de la hermosura. Aún cuando se vuelve monstruo se reconoce como un ser que es “bello”.
Plegar a Medusa en una hoja de papel es mucho más complejo que plegar a Dafne, porque medusa no es fácilmente reconocible. Quizás por eso, solo conozco dos representaciones anteriores del modelo realizadas en origami (una y dos). Además, los elementos que la constituyen son complejos para la representación: Cabello se serpientes, la boca (que es sexo femenino) con la lengua afuera (que es sexo masculino). En algunas representaciones se colocan alas en el modelo, en otras cuerpo serpentino. Normalmente se representa con garras de bronce. Esta es mi versión del modelo, solo una recomendación final: No la miren durante demasiado tiempo, porque la mirada de Medusa convertía a quienes la miraban en piedra…
Existen sobre este personaje muchísimos relatos e investigaciones que hablan de su origen y su significado. Hay quienes plantean que el personaje que le dio origen al mito existió en realidad. No pretendo hablar sobre todo aquello que se ha estudiado (tema por demás apasionante). Simplemente daré algunas referencias sobre el modelo que complementen a la figura y expliquen la simbología de la misma, y lo que motiva, en últimas, el nacimiento de este modelo, esencia del clásico.
“Cuenta el mito que Medusa era una mujer mortal. Hermosa, excesivamente hermosa. Poseidón, dios de los mares, enloquece de deseo por ella. No es claro si ella lo desea tanto a el como el a ella, solo es claro que Poseidón satisface sus deseos de piel en el templo de Atenea.”
Ahí empiezan las maravillas de la simbología: Atenea es una de las diosas de la castidad. Pura y virginal… Medusa, en cambio, es voluptuosa y llena de deseo. Son dos caras de una misma moneda.
“Atenea castiga a Medusa volviéndola monstruo. Su cabello se llena de serpientes, sus ojos convierten en piedra a quien se atreve a mirarla. Se dice que Medusa tuvo dos hijos. Uno de ellos es una de las criaturas más hermosas del mundo mitológico.”
Medusa, una de las tres gorgonas, pasa de ser hermosa a ser horrible. Pero aún sus ojos fascinan y su cabello enloquece, su caminar ese vaivén cadencioso de mujer sensual de mulata de princesa es el movimiento de las serpientes.
Es un mito mágico. A la muerte de Medusa a manos de Perseo, Atenea pone su cabeza llena de serpientes en su armadura. Terror para los enemigos, pero al mismo tiempo unificación de las dos caras de la moneda. A un tiempo virtud y a un tiempo perversión.
En mi caso, reconozco que Medusa ha sido un personaje arquetípico. Personifica a la mujer como criatura demoníaca, como mujer que seduce y espanta. Es otra Eva, otra Pandora, otra Dafne, pero lo que más atracción genera es el concepto de belleza que trae. Medusa ejemplifica que no es claro que significa ser hermosa, aunque se conozcan algunas características básicas de la hermosura. Aún cuando se vuelve monstruo se reconoce como un ser que es “bello”.
Plegar a Medusa en una hoja de papel es mucho más complejo que plegar a Dafne, porque medusa no es fácilmente reconocible. Quizás por eso, solo conozco dos representaciones anteriores del modelo realizadas en origami (una y dos). Además, los elementos que la constituyen son complejos para la representación: Cabello se serpientes, la boca (que es sexo femenino) con la lengua afuera (que es sexo masculino). En algunas representaciones se colocan alas en el modelo, en otras cuerpo serpentino. Normalmente se representa con garras de bronce. Esta es mi versión del modelo, solo una recomendación final: No la miren durante demasiado tiempo, porque la mirada de Medusa convertía a quienes la miraban en piedra…