lunes, noviembre 09, 2009

Dama (otra vez)




Conocí una mujer que era un río, y de él bebía.

Ondulaba entre sus curvas

por las orillas del cause que marcaba su piel.

Llenaba de peces de colores su mirada,

que saltaba siempre

buscando azul.





Conocí a una mujer que era un río, y sus cabellos

me ahogaban al dormir.

A veces -las que más-

sus caricias recorrían el cuerpo como un torrente,

con sus palabras de riachuelo que bajaban por sus labios,

como el agua en la montaña.





Conocí a una mujer que era un río, y a su paso mi cuerpo temblaba.

Me sumergía en ella con mi red de pescar

y en sus aguas de cristal la veía fluir

de un

lugar al otro, del otro a uno más allá.

Mujer de agua, que a veces también me bebe.







Conocí a esa mujer que sigue siendo río,

y a su caudal cada noche me abrazo.