Alguna vez quisiera cometerla con alevosía y premeditación, o mejor que ella me cometiera a mi... Quisiera escribir lo que escriben otros, con la maestría que lo hacen. Para la muestra, uno de aquellos poemas que habla, a un tiempo de aquel placer que nos atañe y de aquella que es nuestra única certeza.
Fe mía, de Pedro Salinas
No me fío de la rosa
de papel,
¡tantas veces que la hice
yo con mis manos!
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti, que nunca te hice,
de ti, que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.
(de Seguro Azar)
No me fío de la rosa
de papel,
¡tantas veces que la hice
yo con mis manos!
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti, que nunca te hice,
de ti, que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.
(de Seguro Azar)