Recibiendo retornos vía correo electrónico (que son más frecuentes que los que se escriben en los comentarios) me he encontrado con una frase “recurrente” que me ha encantado: “Los blogs permiten conocer las motivaciones de los origamistas”. Impresionante planteamiento, sobretodo por lo obvio que resulta después de leído.
La vida privada de las obras de arte es sin duda un tema apasionante porque refleja también la vida privada de sus autores, sus métodos de creación, sus aproximaciones, enfoques, puntos de vista y (en algunos casos) las preocupaciones, dolores y dificultades de aquellos que se enfrentan con una hoja de papel. Últimamente ése ha sido un poco el norte de este blog: contar la vida secreta de algunos de los modelos que he creado permitiendo que el lector valore el modelo presentado con una serie de elementos adicionales. No sé si esto es algo bueno o malo, pero claramente es comprometedor. Ya no solo deja uno el alma en sus modelos, también lo deja en sus textos. Probablemente eso permite valorar más a quien crea los modelos, pero también es probable que haga que a quienes no les guste lo leído les guste menos lo visto. No sé.
La vida privada de las obras de arte es sin duda un tema apasionante porque refleja también la vida privada de sus autores, sus métodos de creación, sus aproximaciones, enfoques, puntos de vista y (en algunos casos) las preocupaciones, dolores y dificultades de aquellos que se enfrentan con una hoja de papel. Últimamente ése ha sido un poco el norte de este blog: contar la vida secreta de algunos de los modelos que he creado permitiendo que el lector valore el modelo presentado con una serie de elementos adicionales. No sé si esto es algo bueno o malo, pero claramente es comprometedor. Ya no solo deja uno el alma en sus modelos, también lo deja en sus textos. Probablemente eso permite valorar más a quien crea los modelos, pero también es probable que haga que a quienes no les guste lo leído les guste menos lo visto. No sé.
Por ahora simplemente me dedicaré a lo mismo. Escribir sobre los modelos, el arte, la técnica y, en menor medida, la ciencia que conforma esta pasión que nos envuelve de crear modelos. O por lo menos de ver los modelos que otros han creado. Insisto, es necesario re-descubrir el placer de ver, que no todo entra por los dedos (y en el caso del origami esto es bastante cierto).
Y, hablando de ver: Creo firmemente que arte no es lo que vemos sino lo que hacemos ver a otros. En este caso he plegado una idea simple que ha venido a la cabeza, y he pedido a una mujer (de quien ni siquiera se su nombre) me ayude a pensar que es... señalo parte de sus ideas:
Figuras como estas me gustan por, precisamente, la dualidad que generan. Al tiempo es alado, pero su posición es un amarre a la tierra. Al tiempo puede volar, pero en el camino de sus alas ha perdido sus manos. Se amarra a cosas que evitan que fluya libremente. Cuestiones de renuncias y dualidades esas de que para ser uno tenemos que ser otro. (Dejo aquí el modelo real, para que no se piense que la idea es mia)
No se que piensen los lectores, pero dejo aquí la foto. A todos aquellos que quieran contar que ven tienen el espacio abierto.
Un abrazo