jueves, junio 08, 2006

Corporativo:

A veces pasa, aunque no con tanta frecuencia como uno quisiera, que el origami tiene fines corporativos. Y la mayoría de veces que eso pasa siempre empiezan los problemas de negociación: A mitad del encargo el cliente dice que “lo pensó mejor y que necesita menos piezas”, o que “optaron por otra opción” o peor aún, después de entregar las piezas “en estos días te pagamos”. En fin… lo único que como administrador me queda es la esperanza de que no manejen así el resto de sus empresas. Pero como origamista no deja de aburrir que esas cosas ocurran, que no se reconozca que igual es una actividad que requiere tiempo, materiales y dedicación. Sobretodo eso, mucha dedicación.

En este caso, de nuevo, me embarco en un proyecto corporativo. Esta vez, bandadas de aves llenan mi casa. Como suele ocurrir después de la consabida reducción de la cantidad inicial cotizada y la que será entregada, quedo con un montón de aves regadas haciendo nido en los rincones de la casa…

Pero como no aprovechar tantos nidos para sacar una foto de grupo de la pequeña bandada que dejará mis manos.

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