miércoles, noviembre 29, 2006

Una mujer desnuda y en lo oscuro

"Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda. "

Mario Benedetti.


Hay cosas que amo. Cosas que me generan un placer infinito. Es normal porque cada persona, de hecho, tiene sus propias adicciones, sus amores, sus placeres. Yo, por mi parte, amo a las mujeres (especialmente a una de ellas). Amo también su piel, y, sobretodo, el femenino de las mismas. De hecho, debo confesar que todas las mujeres que conozco son hermosas. Quizá se deba a que todas en realidad lo sean (cosa en la que creo), o quizás a que vivo en una ciudad llamada “de la eterna primavera”.
En otros tiempos Medellín se ponía a si misma el nombre de “la ciudad de la eterna primavera” por su clima, pero ahora, se llama por sus mujeres, como flores. Una eterna primavera recorre sus calles. Dirán los lectores de Colombia que las mujeres de Medellín no son como las flores, que esas son las caleñas, y que por eso lo dice así una famosa salsa. A esos les digo que en realidad, todo depende de los ojos del jardinero, y los míos aman ver flores.

No les sorprenderá entonces a quienes han visto mis trabajos que tantas mujeres lo recorran. De hecho aún aquellos masculinos por su tema tienen en sus pliegues enormes condiciones de feminidad, y eso creo que puede ser fácilmente interpretado con solo dar un paseo por las figuras humanas de este blog o de la galería de Nícolas Terry.



Pues bien, el último modelo que he plegado/dibujado/modelado/esbozado en una hoja de papel es, precisamente, una mujer. Confieso (este blog se trata de confesiones) que no sé si deba decir plegado, aunque lo único que hay en esa hoja son pliegues. Los antecedentes de este modelo son obvios: los hermosos orbs de Jeannine Mosely y, por supuesto, los estudios sobre las curvas realizados por Saadya. Tiene también otra influencia que es menos reconocida: Se cruzan en este modelo dos escultores de los cuales conocía poco: Brancusi y Archipenko. El primero lo conocí por un correo hermoso que me envió alguna vez un artista francés llamado Jacques Thibault, el segundo lo conocí por otro artista con quien hablaba sobre la magia del adentro y el afuera en la escultura.

La piel resultante me ha cautivado. No tiene ningún pliegue de papel que genere capas superpuestas, ninguna rectitud, ninguna obligación, sin embargo son solo pliegues. Quizá sea un origami aún más puro que el origami pureland, quizá de hecho, digan los puristas que no es origami. Me gustaría leer sus comentarios, pero yo, mientras tanto, prefiero no discutir y dedicarme a acariciar otra piel (también desnuda, y en lo oscuro).

***

ANEXO.

He enviado foto de este modelo a Saadya, quien me ha señalado otro autor que no recordaba y que, sin duda lleva un trabajo hermoso sobre una línea similar: Mark Leonard. Me parecen hermosos sus trabajos sobre abstractos, pero especialmente relevante me parece este y este otro, (que prácticamente es llevado al exceso). Si conocen otras referencias o modelos importantes sobre el tema quedo pendiente de sus comentarios.

Un abrazo

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