Los adeptos a la caza de diversos animales salvajes saben que la mayoría de textos generalistas sobre el tema dividen su contenido en dos niveles.
- El primero, según la tipología del animal
- El segundo basado en los preceptos teóricos y prácticos del proceso de captura de la denominada presa.
Sin embargo, es un vacío significativo en la literatura del tema la ausencia de un tratado específico sobre la caza del minotauro, o cuando menos un capítulo sobre el tema.
Esta ausencia puede ser debida a la marcada escasez de ejemplares de este tipo en el último siglo. En la actualidad, difícilmente podrá encontrarse alguno en su estado natural. Los poquísimos especímenes que se especula existen, se hayan a buen recaudo de personas que prefieren mantener su identidad en secreto.
Debe notarse que aún antes escaseaban los reportes de minotauros, bien fuera en libertad o en cautiverio. Es éste precisamente uno de los asuntos que mayor inquietud generó a los investigadores en el proceso de elaboración de este texto.
Sí bien se consideró inicialmente que la práctica extinción del minotauro se debió a la caza indiscriminada por parte de diversos potentados deseosos de exhibirlos cómo trofeos de sus aventuras, dicha hipótesis fue descartada cuando logró establecerse que el minotauro es deseado principalmente por mujeres dadas sus dotes amatorias las cuales, para ser ejercidas, requieren de forma apenas lógica que el minotauro se encuentre vivo.
Es importante aclarar que no es el primer ser deseado para tal fin. Bien sabido es que los sátiros fueron considerados durante milenios cómo el arquetipo de la pasión desenfrenada y, en muchos casos, como uno de los mejores ejemplos del abandono a la lujuria. El minotauro, en cambio, es síntesis y representación del amante más preocupado por su pareja que por sí mismo.
Si bien este tema amerita un texto exclusivo, atañe al presente otro asunto particular: el proceso de captura del minotauro.
Así, dada la escasez de información, para la construcción de este texto hemos debido recurrir a los libros más clásicos sobre el tema, buscando así pistas sobre la mejor forma de capturar un ejemplar con vida.
Se evidencian en resumen dos tipos de proceso.
1. Proceso de captura por cerco:
El proceso de captura por cerco es marcado por su alta complejidad técnica, así como por los altos costos asociados. Consiste a grandes rasgos en el proceso de amurallado de grandes extensiones de tierra. Una vez definida la qué será considerada el área básica de contención, se requiere la creación de un trazado interior de alta complejidad, el cual se denomina como laberinto. Los tipos de laberinto son tan variados como los autores del mismo. Desde laberintos circulares hasta laberintos rectangulares los constructores históricamente se han deleitado en la ingeniería de estas maravillas de la mente.
La construcción de este trazado resulta no solo peligrosa dado que el minotauro debe encontrarse en su interior, sino porque además es frecuente qué los mismos constructores se encuentren presos de su obra, la cual los condena a la locura.
Este sistema de captura, sí bien interesante, es de hecho bastante falible. Conocidos son los casos en los cuáles una vez culminado el laberinto no ha logrado capturarse en el ningún ejemplar. Como compensación, sin embargo, los laberintos suelen ser usados a continuación como centros de atracción para la comunidad.
2. El método del señuelo:
El segundo método no requiere tal despliegue ingenieril. Sin embargo el compromiso en su utilización y las implicaciones del mismo resultan, en algunos casos, tan altos que pocos deciden llevarlo a cabo. Consiste en la caza por medio de la utilización de señuelos o carnadas que resulten atractivas para el minotauro.
Si bien en la mayoría de especies suele utilizarse como señuelo algún tipo de alimento que forme parte normal de la dieta del animal, no puede aplicarse la misma lógica en este caso. Los hábitos alimenticios del minotauro son tan amplios que difícilmente se verá atraído por cualquier tipo de alimento que pueda conseguir por su propia cuenta. Más aún cuando sabido es la profunda atracción que el agua dulce ejerce en ellos, a tal punto que se cree que puede vivir solo del agua que bebe.
Siendo este el caso debe utilizarse como señuelo algo que resulte de sumo interés para el minotauro. La recomendación clara es el empleo de una mujer. Sin embargo no puede ser una mujer cualquiera. Los mitos de doncellas virginales claramente no son más que construcciones fantásticas que cuanto más atraerán a otros seres igual de mitológicos. El minotauro se ve atraído por la inteligencia de la mujer. Es obvio que su cuerpo también genera algún tipo de atracción, pero esta es poco significativa frente a lo que una mujer inteligente puede lograr.
El método se explica fácilmente: a orillas de un río o nacimiento de agua debe ubicarse, tendida, una mujer. Siempre que sea posible se recomienda se encuentre en medio de una lectura. Su desnudez es opcional, y, pese a todo, recomendada.
Es aquí precisamente donde mayor paciencia y compromiso se requiere por parte de la mujer encargada de la caza. El minotauro se acercara por la espalda, atraído por aquella mujer lectora.
Ella debe mantener la calma aun cuando sentirá el resoplido caliente de su respiración en el cuello, y sin nunca confrontar su mirada deberá responder una a una sus preguntas. Cada respuesta a su vez construirá en torno a ambos un laberinto no físico sino de carácter simbólico en el cual ambos han de perderse.
Como señalamos, el compromiso y las implicaciones de este segundo método lo hace en muchos casos más costoso que el uso del primer método explicado. De hecho, la mujer que se decida por esta práctica debe ser consciente de que a partir de ese momento el minotauro no la abandonará nunca. En el texto "Crónicas de Seres de los Bosques Antiguos" del célebre Quintio Vitruli (aproximadamente siglo VII a. de C.) se cuenta de hecho como tras el abandono de una mujer el bramido del minotauro
"tornose de tal tristeza que los habitantes abandonaron los poblados de tanto dolor que en el alma sentían".
Claro es que la mujer que emprenda la caza de un minotauro y resulte exitosa en su proceso quedará atada a él para siempre.
Esperamos con este texto los amantes de la caza consideren saldada la deuda que los autores modernos han tenido largo tiempo al no tratar este sin duda apasionante tema. Esperamos así mismo ayude este texto a incrementar los reportes de avistamientos de minotauros bien sea en cautiverio o en libertad.
Pocos seres tan magníficos como este. Pocos procesos de captura tan emocionantes. Esperamos a ambos haberles hecho justicia.