miércoles, octubre 28, 2015

La luna y el toro

Esta entrada se publicó originalmente aquí
acompañando un modelo de origami.  
Se publica de nuevo, ahora sin imágenes y con algunas 
correcciones de estilo, 
para comodidad de quienes sólo buscan 
las palabras de este blog.



Sí algo nunca ha de faltar a la luna son enamorados.

Cuando está llena, lobos y coyotes aullan su nombre al cielo. Mariposas nocturnas tratan de alcanzar su tenue luz, como sí la vida dependiera de ello. Incluso enamorados hombres cantan al astro celeste, mientras sueñan que la regalan a mujeres sin duda alguna terrestres.

Pero la luna, serena y dulce luna, a ninguno de aquellos ama. Sueña desde el cielo con aquel toro bravio que pasa días y noches en soledad.

Seguramente la luna a de ser mujer, pues no confiesa su amor al macho toro. Silenciosa, va dejando aquella redondez y poco a poco dibuja sobre ella un sutil llamado que tarda el toro en comprender. Aquella sonrisa de luna no es más que el dibujo que hace la luna con su llamado.

La ama el toro cuando está menguante, y la ama también cuando está creciente. Pero cuando es luna nueva y desaparecida está en el cielo, se enloquece el toro, y brama desesperado. Tanto la anhela, tanto la espera, que de su espalda salen alas y trepa al cielo en su búsqueda.

Y en aquella noche oscura luna y toro se aman en secreto. Nadie los ve, pues sin luz de luna no distinguen nada los ojos indiscretos.

lunes, octubre 26, 2015

ícaro



Mi primer intento en la escultura en otros medios diferentes a los pliegues. 

Ícaro, modelo que muchas veces he plegado, de nuevo pierde su vuelo de papel (esta vez papel maché).

miércoles, octubre 21, 2015

La Piragua

Esta entrada se publicó originalmente aquí
acompañando un modelo de origami.  
Se publica de nuevo, ahora sin imágenes y con algunas 
correcciones de estilo, 
para comodidad de quienes sólo buscan 
las palabras de este blog.


El padre de mi bisabuelo contaba que cuando era niño los árboles no estaban amarrados a la tierra. Caminaban por las calles tomados de las ramas, usando las raíces como piernas, opacando un poco el cielo en su caminar.
Las personas por esos tiempos no se asustaban. Se quitaban el sombrero para saludar, y el árbol suavemente se inclinaba. Cuando estaban de buen humor llegaban incluso a regalar sus frutos a los niños que bajo ellos transitaban.

Tenían, eso sí, problemas al pasar los ríos. Con la corriente a veces raíces y ramas se enredaban así que preferían, en lo posible, evitar cruzar los cauces que se ponían en su camino. No dejaba aquello de ser nostálgico, pues bien sabido es que los árboles aman beber el agua dulce que acaba de nacer.

Decía que para los árboles caminantes, la primavera era su musa, era su amada. Aún viejo recordaba cuando era niño ver árboles enamorados, que con sus hojas parecían cantar. Eran aquellos los que más disfrutaba ver, pues el amor se les notaba hasta en el tronco y en el olor dulce que dejaban salir cuando la felicidad los hacía florecer. Había entonces árboles artistas cuyo movimiento más que danza parecía poesía, y otros cuyas hojas  parecían cantar de caricias y palabras de amor.

Cuenta mi padre que mi bisabuelo lloraba cuando le contaba aquella historia. Dice que hubo un año en el que la primavera se fue de viaje más tiempo del que nunca antes se había ido. Entonces llegó el frío y los árboles se entumecieron, sus troncos se volvieron duros y sus raíces dejaron de moverse. Decía que sin primavera no queda más que la soledad, y ni árboles ni personas nacimos para estar solos. Las musas no son estaciones ausentes, decía.

El padre de mi bisabuelo, y luego su hijo y el hijo de su hijo fueron toda su vida barqueros. A veces, en las mañanas, tomaban su piragua y dentro de ella ponían árboles que no tenían que beber. Con ellos iban en busca de la primavera que tardaba en regresar.

Y si acaso la encontraban, al día siguiente el pueblo habría de encontrar un camino de flores amarillas, que los árboles habrían dejado cuando regresarán a sus sitios tras una noche con un nuevo caminar.

lunes, octubre 19, 2015

Colibrí

Hoy a muerto un colibrí.
¿Existirá una escena más triste?
Un colibrí tendido en el asfalto.

La lógica dicta 
que todos los días muera alguno, 
pero hasta hoy 
nunca había visto 
aquel ligero fragmento de vuelo 
mortalmente interrumpido.

Dicen que sus alas dibujan 
continuamente 
el infinito

Quizás eso pasó. 
Se cansó de volar eternamente, 
dejándolo roto en mil pedazos

Tal vez fue el corazón, 
que no aguantó 
una eternidad de feliz vuelo.

Puede ser que se le fue el alma
que sabia que aquel suspiro de felicidad 
no podía ser eterno.

El cuerpo de un colibrí 
permanece en el suelo
¿Existe acaso algo más triste?

Colibrí




miércoles, octubre 14, 2015

Eva


Esta entrada se publicó originalmente aquí
acompañando un modelo de origami.  
Se publica de nuevo, ahora sin imágenes y con algunas 
correcciones de estilo, 
para comodidad de quienes sólo buscan 
las palabras de este blog.



Si a la serpiente la hubieran dejado contar su versión, bien distinta sería la historia, pero a ella nadie le preguntó, pues bien sabido es que a los escritores de ficción nunca les ha interesado validar las fuentes.

El paraíso, lo que se dice entretenido, no era. Adán soñaba con montar un circo. Decía que "podía dominar las bestias" pero era claro que aquello no gustaba a nadie. Por un lado a éstas poco o nada les gustaba que tan despectivamente las llamaran, y por el otro es que aquello de dominar no era para nada cierto. Ellas se dejaban, pero sólo cuando querían. Además, la idea del circo a todos resultaba ridícula pues ¿quién iría a verlo?

Pero ese era Adán. Se pasaba de locura a locura, y de locura a tontería. Como si fuera poco, aquella alimentación a base de hortalizas lo mantenía de mal genio. Pero en eso hay que ser honestos, que la idea no había sido suya, sino de Eva que no paraba de leer libros de dietas y de auto ayuda. Y Adán no estaba tan gordo. Si había ganado algunos kilos, es cierto, pero era normal con los años. Además, si a eso vamos, tampoco es cierto que la manzana engorde de más.

Bien sabía la serpiente que era Eva quien llevaba las hojas de parra de la relación, o como dicen modernamente: los pantalones. Y es que era sexy, tanto como para despertar los celos de Adán cada que ella le decía que "tenía que ir a hablar con dios, que no volviera hasta que lo llamara". Es que además Eva llegaba a ser cruel, con una facilidad que impresionaba.

Era provocativa, insistía la serpiente, tanto cómo para poner nervioso a dios cuando le decía que lo esperaba "como la habían traído al mundo", es decir, llena de preguntas.

Pero entre Eva y dios nunca hubo nada. A Eva le gustaban los amantes que se olvidaban de ellos mismos, que amaban sin recato. Y dios siempre vive preocupado de si mismo y del que dirán, si hasta ángeles tiene que le cantan todo el día.

Si le hubieran preguntado a la serpiente ella hubiera contado que por eso Eva prefería su reptil compañía. Que se habían enamorado cuando le había hablado desde lo alto del manzano. Que amaba el ondular sinuoso cuando ella bajaba hasta el piso y luego trepaba por sus piernas, buscando dónde amarrarse cómo las serpientes hacen. Que cuando estaba en el manzano la esperaba y que cuando se veían no paraban de hablar. Es verdad que a la serpiente le parecía que Eva no requería libros de autoayuda y mucho menos libros de dietas, pero la oferta literaria en el paraíso era francamente pobre.

Si alguien hubiera escuchado a la serpiente, ella le habría contado que cuando Adán puso a Eva a escoger, atacado por los celos que de dios tenía, ella no dudo en segundo en irse al manzano a buscar a su serpiente. Y que dios, herido en ese orgullo que tenía a imagen y semejanza de Adán, sintió que la cólera lo invadía.

La pataleta de Adán al encontrarse engañado con la serpiente tampoco ayudó mucho, pues como buen patrón que era dios decidió que no tenía por qué aguantarse las quejas del uno y los desplantes insinuantes de la otra y los echó a los dos aunque con eso se quedó sin quien pagara arriendo por el paraíso.

Pero nada de esto cuenta la serpiente. Pues desde que Eva se fue ya con nadie habla. Sin Eva en el paraíso no hay más que soledad.

lunes, octubre 12, 2015

La soledad

Comenzamos hoy esta nueva etapa en Soledades. La forma elegida para este nuevo camino es mostrando un libro ilustrado que realicé hace unos meses. Está pensado para un público adulto, lo que no es tan común en el mundo de este tipo de libros.

Que lo disfruten. 

 

sábado, octubre 10, 2015

Aviso de prensa

Vamos al punto: Hace 10 años decidí crear este blog el cual con el tiempo se fue convirtiendo en un espacio propio, una suerte de diario público y siempre filtrado en el que no cuento sinó las fantasías de una realidad que sin duda resulta difícil vivir sin el lente que el arte ofrece. Digamos en resumen y retomando un poco una idea de Picasso que ha sido esta mi forma de mentir. Muchas veces lo he abandonado y tengo la certeza de que muchas veces más lo haré.

Desde su inicio este fue un espacio dedicado casi de manera exclusiva al origami, una excusa personal para mostrar pliegues y modelos, para mostrar mis búsquedas con el papel. Con el tiempo también fueron apareciendo en Soledades algunas palabras. No muchas, pero también ellas hicieron presencia.

Sin embargo, nunca he sentido aquí la confianza para mostrar otras facetas de esta misma vida que también soy, otras pasiones, otras realidades. Después de pensarlo durante un par de años he decidido que este lugar también será el repositorio de otras cosas que también me recorren. A veces pinto, a veces escribo, a veces dibujo, a veces no sólo la musa de los pliegues me visita. Todas esas cosas se han mantenido escondidas en unos y ceros dentro de la memoria de un computador. Hoy, después de tanto tiempo, saldrán a la luz. Dicho sea de paso en Flickr, lugar hermano de este pero donde la palabra nunca ha tenido cabida, algo similar comenzará a ocurrir.

No sé si alguien las lea. Quizás ahora los lectores se multipliquen por mil traidos por otros gustos e intereses. Quizás, por el contrario, ahora nadie venga de visita pues se sienta que este blog ha perdido su norte (o tal vez su sur). A fin de cuentas, este blog se llama Soledades así que alguna pista sobre su vida debe dar su nombre.

Para mayor facilidad de todos ahora dispondrá de un pequeño menú que permitirá a cada cual revisar sólo aquello que desee. Así, quienes de ahora en más quieran ver sólo lo que a origami compete podrán filtrar todo con relación a ese tema. Quienes deseen leer podrán hacer lo propio. Y así, con cada cosa que valga la pena mostrar.

Todo lo publicado hasta este preciso momento estará en la categoría "origami", como respeto propio a lo que este blog fue y vivió durante estos 10 años. Aquellas entradas que incluían cuentos serán reposteadas, pero ahora sin los modelos que los acompañan y con un aviso de declaración de publicación anterior. Salvo por eso, de ahora en más, los asuntos estarán separados, ahora viviendo juntos en un mismo sitio. Tan sólo mis juegos con la fotografía seguirán estándo como hasta ahora separados de Soledades, y viviendo como hasta hoy en un blog aparte. No me pregunten por qué, que no lo se.

No puedo prometer que por esto ahora serán más las entradas. Sólo sé que, por lo menos, seguirá respondiendo al Babel de idiomas y soledades que dió origen a su nombre. Pero esa historia, la del nombre que nunca nadie a preguntado, es mejor dejarla para otra ocasión.

Gracias por leer.