viernes, marzo 20, 2020

Una grulla de papel

Hace unos años, (casi 10, calculo al aire), descubrí esta grulla, pero nunca enseñé a plegarla en público. En aquella época enseñé el modelo a Román Díaz, quien con su típica genialidad tomó el modelo y decidió hacer un par de cambios aquí, otros allá, una decena más allá, y obtuvo como resultado su infinitamente bella y famosa grulla. 

He recordado por estos días aquella historia. Plegar entre dos aquello resultó un asunto feliz, como feliz suele ser el compartir. 


Con el tiempo se nos olvidan cosas como esas, como lo feliz que fue crear con alguien, lo feliz que puede llegar a hacerte diseñar algo en compañía. Se nos olvida lo importante de verdad que resulta el compartir. 

Por estos días el mundo anda en cuarentena. Muchos recuerdan lo que en realidad es importante, enfrentados a un encierro que nos recuerda lo que en realidad vale la pena. Yo, entre todas esas cosas, he recordado esta grulla, y he realizado los diagramas de la misma.

No es ni sombra de la creada por Román, pero siempre tendrá para mí el encanto de los modelos simples, pero sobretodo de los modelos compartidos.

Para todos, una grulla de regalo. Y recuerden que una antigua historia cuenta que todo aquel que pliegue 1000 grullas de papel tendrá una vida larga y plena de salud. No sé si sea cierto, pero puedo asegurar que tendrá 1000 regalos para dar.

Y eso vale la pena. 











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