En Colombia la navidad cada año empieza antes. No es solo el fenómeno comercial que hace que las tiendas destinen desde octubre menos espacio a los disfraces que a los árboles navideños, es también un fenómeno que tiene que ver con la necesidad de sentir un mundo que nos guste más, uno que nos ponga más contentos y que sea, en muchos sentidos, más simple…
Otra cosa pasa con los regalos, que cada vez son más complicados, sobretodo en navidad. Yo, personalmente, quisiera un ajedrez de lego, un traje bonito, un computador portátil y el libro de masters of origami… También quisiera un mejor trabajo, una casa en el campo, un libro propio y una felicidad enorme (eso sobretodo)… Y también que mi madre estuviera contenta y tranquila, que mi sobrina creciera bien, y que mi esposa estuviera feliz. También quisiera la paz mundial y el fin de la pobreza… En fin, los deseos simples y altruistas que toda la humanidad tiene, especialmente las reinas de belleza….
Pero mientras tanto, y como siempre, pensamos en otros regalos y en otras listas. A mí, en particular me encanta dar regalos (aunque me atormenta buscarlos, porque necesito el regalo adecuado a cada quien). Este año, también me he decidido a dar un regalo a todos aquellos que hacen origami.
Este arbolito es, sin duda, un modelo simple. Tengo la esperanza navideña de que sea un modelo placentero de plegar, pues traté de que fuera simple (aún a costa del revés de la figura). Solo me resta recordarles que en la web de nícolas se encuentra el reno que regalé el año anterior, la “campana y hojas” de hace un par de años, el hermoso santa de nícolas, la tarjeta navideña de halle, el acebo de Manuel Sirgo, la pajarita navideña de Juan Pedro Rubio, los santas de Giang Dinh... Ah!, y por supuesto, se encuentra también el hermoso hombre de nieve de Román.
Una feliz navidad a todos, y dulces pliegues