viernes, febrero 17, 2006

La imitación 2

Algunas veces he trabajado sobre la imitación técnica. En resumen, uno toma la figura de otro y la imita técnicamente, imita la forma que su usa para plegarla. Es decir, copiamos la forma en que se hace, pero no la figura como tal. Ejemplos sobre eso existen muchos. Por ejemplo, a partir de una base pájaro muchos han plegado dragones (otro y otro)que, aunque son técnicamente similares son cada uno diferente. Casi nunca he presentado en público los modelos que he creado siguiendo esta imitación, principalmente porque los siento modelos ajenos. Aunque es lógico que esto ocurra cuando uno no crea desde cero, destaco que es uno de los métodos que más rápido permiten obtener herramientas para crear modelos propios, y, además, permite empezar a sentirse creador (o al menos “encontrador”) de modelos.

Existe otra clase de imitación que es de la que hablaré en este caso. La imitación del modelo terminado. El último caso es un oso polar. El modelo “original” (a la izquierda) es de Patricio Kunz, pero el modelo que he creado (a la derecha) simplemente “imita” el modelo final creado por Patricio. No existe ninguna semejanza técnica entre uno y otro, pero el resultado final en cambio si guarda su parecido… Imitación estética. Imito el resultado final del modelo, no el camino empleado para obtenerlo…

La imitación esta relacionada con la influencia. Da igual si es imitación técnica o imitación estética, uno empieza a imitar aquellas cosas que generan influencia sobre lo que uno desea en su origami.

A veces ambas imitaciones confluyen en un modelo. Es el caso de este lobo que he creado (o mejor imitado). La parte técnica se la debo a Maekawa, quien diseña en Viva Origami un zorro. Simetría paralela a los bordes y a partir de esto se obtiene un bonito modelo (no le hagan caso a la foto que presenta Maekawa, puede quedar aún mejor). La parte estética se la debo a Román Díaz, y su coyote. Lógicamente el modelo no es igual ni al zorro de Maekawa ni al coyote de Román. Es propio.

Una última cuestión que me encanta: Algunas veces la imitación estética da resultados que son prácticamente idénticos (me ha pasado con la hermosa medusa de Manuel Sirgo, con un elefante de Yoshizawa, y con otro par de modelos). Esos dos modelos que menciono tienen una magia especial: El modelo terminado enseña bastante bien, aunque no se conozcan los diagramas, como esta hecho el modelo. Eso es una belleza que no muchos modelos tienen, y que con frecuencia se agradece.

viernes, febrero 03, 2006

La imitación 1

Esta entrada la he escrito por lo menos 5 veces. Cada vez descubro nuevas formas de hablar del tema, o un enfoque que dejé olvidado, o un ejemplo que pueda servir o, en fin, tantos de esos caprichos que cuando uno escribe surgen de la nada y lo torturan evitando publicar. Me he decidido entonces a partir este texto en dos, por lo menos. La primera parte ha de ser sobre la técnica y, a manera de catarsis la publico hoy.

No se si por natura o por cultura el ser humano es voyerista. Completa, total y satisfactoriamente voyerista. El caso del arte no es ninguna excepción pues, de hecho, gran parte del placer del público es la contemplación de lo exhibido. Otra parte del placer es la espera (por algo se llama a si mismo espectador). Un hermano del voyerismo es la imitación, punto sobre el cual valdría la pena hablar con calma: Imitamos lo que vemos (a veces el modelo visto es la naturaleza), imitamos lo que vemos que otros hacen (que puede ser o no la naturaleza), imitamos lo que antes hicimos.

El problema fundamental en términos del origami es que estamos olvidando la imitación y estamos cayendo en la reproducción. Y la imitación es enriquecedores en dos sentidos: enseña y produce una nueva manifestación artística. En cambio la reproducción no produce una nueva manifestación, se limita a ‘copiarla’ y aunque para el público pueda ser lo mismo, para el artista no lo es (de hecho, para el público tampoco debería serlo). Un ejemplo que viví en carne propia se lo debo a muchos impresionistas. Su cuadros, la verdad no me han gustado mucho… son borrosos, como “entre niebla”… y bueno, es lo lógico que se vean así cuando uno solo ve los afiches y las n mil reproducciones… Otra cosa es ver el original, el grueso de las pinceladas, la textura de la pintura…

Un gran problema de muchos de los origamistas es que son devoradores de obras de otros. Buscan reproducir sin más lo que otro hizo, buscan plegarlo “tal cual”, hacer que quede “como el del autor”, devoran diagramas en busca de una originalidad que no se encuentra en la reproducción.

Propongo entonces rescatar el origami técnicamente imitativo por encima del reproductivo. Un origami que permita variar, cambiar… un origami que se base en el conocimiento de la técnica por encima de la secuencia. Un origami que enseñe y que se enseñe a si mismo. Es claro entonces que el origami imitativo esta íntimamente ligado a la variación, a la modificación, a ver un toro en la misma base en la que alguien vio un centauro, o una planta carnívora en la base que alguien uso para un rostro. Como me escribió un Andrés Sánchez al hablar de la copia accidental: “…de tanto crear híbridos y bases compuestas nos encontramos con la similitud de la figura en su cp pero lo importante esta en la figura terminada y en su estética, eso nos diferencia entre los creadores”.


Se me ocurren varias formas de implementar un rescate del origami imitativo, pero por ahora las dejaré para otro texto que algún día no muy lejano publicaré… Y claro, si alguien tiene propuestas son bien recibidas, porque esto de escribir monólogos no siempre es agradable…

miércoles, febrero 01, 2006

Cosas de Pajaritas

Vivir en sur y centro América tiene sus limitantes en términos origamísticos. Conseguir buenos papeles es una hazaña de titanes. Conseguir libros implica, sobretodo para el origamista novato, no comer carne dos semanas. Bien decía Galeano que a “los libros no hay que prohibirlos, ellos se prohiben solos con su precio”. Conseguir entonces un buen consejo sobre que comprar cuando los recursos que se tienen son limitados es una bendición. Sobre eso ya existen una buena guía en la página de origami de Gilad, pero con dos limitantes fundamentales: el idioma y el acceso a los libros por él comentados.

Afortunadamente para muchos ha nacido una nueva bendición que habla sobre eso, y que además de ser en español, parece que orientará sobre libros que están, como máximo, a un clic de distancia. En un lenguaje que se cruza con la experiencia propia, la anécdota y, como no, con el conocimiento que brinda la experiencia de conocer los modelos desde el primer paso hasta el último. Cosas de pajaritas será un espacio que hablará sobre otro lado del origami, mediado por el conocimiento que de autores, creadores, plegadores, anécdotas y modelos tiene su creador. Por ahora lo único que hace falta son fotos de los modelos presentados en el libro, pero al menos por ahora eso se puede solucionar con tantas de las galerías de origami disponibles en la web.
Por último, comentar que el libro del cual se habla en este momento también es uno de mis favoritos, no por los modelos que trae sino por la presentación que se nota pensada he inspirada por las musas. Ahora sí, solo es cuestión de dar un clic y empezar a leer Cosas de Pajaritas.