domingo, noviembre 23, 2008
La copia accidental 2
lunes, noviembre 17, 2008
Jirafa (otra más)
lunes, octubre 27, 2008
sábado, octubre 18, 2008
domingo, septiembre 21, 2008
El corazón roto
lunes, septiembre 15, 2008
En busca de la simplicidad
Hay días en los cuales se descubre que hay búsquedas que llevan una vida. Búsquedas que no ofrecen más recompensa que el placer de la búsqueda en su misma. Búsquedas que permiten descubrirse a uno mismo mientras busca y en las que no importa cuán compartidas sean, pues al final, cada cual ha de descubrir en soledad. Hay búsquedas que simplemente buscan.
Esta entrada, siguiendo la línea de otros sueños, habla sobre una búsqueda: La búsqueda de la morada en la que habita la simplicidad. Busco simplicidades en medio del silencio, pero encontrarlas resulta esquivo y engañoso. ¿Dónde radica la simplicidad? ¿Qué hace a un modelo simple? ¿Hasta donde pueden eliminarse pliegues, uno a uno, paso a paso, para revelar un modelo significativo? ¿Dónde radica la esencia de una figura? ¿Es acaso una línea demasiado? ¿Es un punto muy poco? ¿Acaso la superposición de capas, una sobre otra, otra sobre una, no es simplemente un reflejo de la vida en la que nos gusta llenarnos de cosas sobre cosas?
Estas preguntas y otras similares habrán de evidenciar que, por supuesto, no es una búsqueda exclusiva. Ya muchos con más éxito han transitado pliegues que hablan de modelos construidos con menos de diez pasos. Otros han logrado plegar autenticas maravillas con tan solo dar una línea al papel. Y sin embargo, frente a una hoja de papel me enfrento de nuevo a un camino del cual su mapa, como el de casi todas las búsquedas, ha de llevar invariablemente hacia uno mismo, hacia el arte que llevamos dentro.
Como ven, simplemente, parece que no tengo nada que decir.
Simplemente, me pregunto por lo simple…
domingo, agosto 31, 2008
domingo, agosto 10, 2008
Lo que sueña el viento
Pero no habla este texto de animales. Estos párrafos hablan sobre el origen del origami. No ha de ser una clase de historia, ni un debate más sobre el país de origen. Ha de ser una serie de preguntas que me hago, a veces, sin saber.
Hace unas semanas me encuentro en una búsqueda. No me pregunten que busco, que no lo sé. No me pregunten si ya lo he encontrado, que tampoco creo poder responder eso… Lo que ha resultado curioso es que a partir de esa búsqueda, Felipe Moreno me ha dicho una frase que me ha removido las entretelas de la memoria: “El origami que tu buscas no está afuera. Está adentro tuyo”.
La frase no solo parece surgida de un antiguo texto zen, o de una filosofía de vida más centrada en el conocimiento propio que en el ajeno. Escazas 11 palabras me han puesto a reflexionar por esa búsqueda incansable y normalmente infructuosa que de origami he tenido. También me han recordado una frase hermosa de emejota en la idea del norte “la técnica emana del espíritu”. Me han puesto a pensar en la vida en general. ¿Qué busca quien no sabe que busca? ¿Qué encuentra quien no sabe aún qué es lo que está buscando? ¿Dejará, alguna vez, el alma de buscar? Me ha puesto a pensar en tantas cosas que se dicen sin voz. En tanta gente que no sabe que tiene una voz para hablar, en tantas personas que aún sin voz logran decir. Y en tanto que se queda en palabras vacías. En tantos modelos que, como muchos de mis animales, se quedan sin decir. Esas 11 palabras han desatado en mí una búsqueda más: La búsqueda por el adentro, por el interior. Y para esa búsqueda sobra decir que no existen mapas ni batiscafos, ni brújulas ni un moderno google earth que te permita reconocerte desde afuera.
Y un poco sin saber que responder, y un mucho sin saber que preguntar, ha salido de mis dedos un rostro más. Ya sé que parece que en el origami de los rostros todo ha sido dicho, que no hay una línea más a donde llegar. Y, sin embargo, se filtra entre mis dedos otro rostro que busca decir algo distinto. Un rostro que deseo fluya. De paso sea dicho, es, probablemente, la primera figura que hago pensando en términos de exposición, pensando en una obra que se exponga a si misma.
Así que, buscando, pego los dedos a mis oídos tratando de escucharlos. Los acerco a la nariz, esperando respirar en ellos aquello que saben y ocultan. Los traigo frente a mis ojos, esperando ver en ellos los asomos de palabras por decir. Pero comprendo que ellos ya dijeron. Que han dejado sus palabras en el papel, y el papel en el viento…
¿Qué será aquello que sueña el viento?
domingo, agosto 03, 2008
viernes, julio 04, 2008
Hay palabras
miércoles, junio 25, 2008
Alma de caballo
Hoy una respuesta nueva tendría que dar:
Ha de ser que tengo alma de caballo. Ha de ser que a veces me rebelo, que a veces me canso del destino de jumento. Ha de ser que ojeras me ponen para no ver a un lado del camino. Ha de ser que galopa en mi memoria el recuerdo de lejanos cascos golpeando en el asfalto.
Puede ser que me sienta un poco Rocinante en estos tiempos de locura, y pida al cielo un Quijote que combata con molinos.
Puede ser, no sé si quiera la vida, que mis cascos estén cansados. O que he olvidado los caminos que mis patas caminaban. Puede ser, no lo quieran los dioses de jamelgos, que gota a gota venga una tormenta que me arrastre a latitudes de caballos.
Ha de ser que me estoy volviendo centauro, con cuerpo de caballo y torso de hombre, con memoria de caballo y cansancio de humanidad.
O, a lo mejor, es que tanto galopo que de correr he caído dormido, y no recuerdo cómo despertar. Ha de ser que tengo miedo de que venga el hombre y le dé por domesticarme. O de que olvide lo que es nobleza.
Ha de ser que tengo alma de caballo.
domingo, mayo 25, 2008
El alma curva
Ya en alguna ocasión manifesté la necesidad de una técnica que permita la correcta expresión de la emoción, partiendo del principio lógico de que necesitamos una forma de decir lo que llevamos adentro. Pero cuando hice ese llamado olvidé considerar algo: A veces parece que adentro no llevamos nada.
Insisto, no es asunto de técnica, es asunto de voz. Pareciera que a veces no tenemos nada por decir, y entonces los modelos quedan vacios, sin voz, aunque sean verdaderos alardes técnicos. Visto de otra forma: Es el alarde de la técnica sin intención expresiva.
Se nos plantea entonces una dulce paradoja: Por un lado necesitamos la técnica para decir; por el otro, necesitamos qué decir para poder desarrollar la técnica. Porque en algunos casos, no existe técnica para aquello que deseamos decir.
En cierta medida, la explosión creativa que se ha venido observando desde hace algunos años es una consecuencia de esta búsqueda por técnica. De repente, aparece un origami modular que parecía rezagado y olvidado, renace el boxpleating con impresionantes manifestaciones, aparece como nuevo el diseño de teselados, aparece el origami hiper complejo, aparece el modelado en papel, aparecen también las curvas. Aparecen, en resumen, nuevas formas de decir que empujan paso a paso hacia dimensiones de la técnica que antes no existían.
He dicho que solo en cierta medida, pues en algunos casos esta explosión también es consecuencia de quienes buscan “hacia el interior”, de aquellos que pretendemos dar a conocer el alma en aquello que plegamos.
Esta búsqueda interna me ha llevado a tocar diversos tipos de modelos, que en algunos casos, requieren técnicas que me resultaban desconocidas. El eje principal de estas búsquedas ha sido, con frecuencia las curvas. Pero he de confesar que esta búsqueda me ha parecido fascinante, aunque no haya tenido resultados satisfactorios. Hace unos años mostré algunos de los hallazgos de dichas búsquedas en el trabajo de curvas. Las figuras que hablan en esta entrada son algunas más de ellas.
No sé si para quienes las observan se logrará ver que quiere decir el alma en ellas. Incluso, he de confesar que no sé si sean modelos que logren entenderse... Son modelos que considero “de diseño”. No son modelos realistas, y la verdad tampoco son modelos de alarde técnico (que de esos ya he hecho algunos). No son modelos llenos de ángulos y líneas, son más bien modelos de expresión. Son modelos que surgen de algo que pide el alma, aunque algunas veces no sea claro qué es lo que quiere pedir.
domingo, abril 13, 2008
Koala
Recién la semana pasada logré terminar un koala que al menos luce reconocible, y respeta un punto que para mí es fundamental: Esencia por encima de realismo.
domingo, abril 06, 2008
Abrazos
El primer punto de contacto que tenemos con el mundo son los sentidos. Abrimos como ventanas los ojos al mundo para tratar de devorarlo con una sola mirada, abrimos los oídos para oírlo todo y el gusto para todo saborearlo. Olemos para distinguir entre que está bien y que está mal. Abrimos incluso nuestra piel al contacto de las cosas para tratar de entenderlas.
Usamos nuestros sentidos permanentemente, pues también a ellos debemos nuestra percepción del mundo. Y, pese a que los usemos todos, resulta común que prioricemos unos sobre otros. Incluso, sin saberlo, volvemos esa priorización de un sentido una parte fundamental de nuestro lenguaje. Hay quienes preguntan si “se ve claro el asunto”, o quienes dicen que “no lo sienten claro”, o “que no les huele bien el asunto…” Hay quienes, para ver, tocan. Hay quienes todo tienen que probarlo para poder entenderlo. La modernidad prioriza ojos y oídos, ver y escuchar. El amor prioriza quizás el sentir. Y la música prioriza el oído. Priorizamos una y otra vez, aunque no queramos hacerlo.
Pero priorizar a veces implica ignorar. Damos valor a unos y descartamos otros… ¿por qué lo hacemos? ¿A qué se debe la priorización o negación de un sentido en particular? En parte es un asunto cultural, pero también es un asunto netamente propio. Conozco muchos que rehúsan el tacto aunque no logren entender por qué lo hagan. Y con frecuencia he descubierto que aquellos que más lo niegan suelen ser quienes más lo necesitan, porque el tacto es uno de los primeros sentidos (sino el primero) que nos permite tener una experiencia del mundo. No en vano el órgano más grande del cuerpo es la piel. El abrazo es quizás uno de los reflejos de animalidad que aún conservamos: nos abrazamos aún sin saber porqué nos abrazamos, tocamos con una necesidad imperiosa por ser tocados, por tener contacto, por sentir.
Priorizo sin querer la escucha y el tacto, la piel y el oído. Me pregunto por el abrazo, por qué dice y cómo lo dice. Me enamoro de aquellos que cuando abren los brazos para abrazar lo que en realidad abren es el alma. De esos que están llenos de puertas que abren para dar abrazos. Me pregunto por qué tantos animales abrazan y si sus abrazos tendrán los mismos significados que los nuestros. Me pregunto también por qué hay quienes sólo pueden abrazarse a sí mismos.
Me pregunto si se abrazará la tierra a la lluvia cuando cae, la luna a la noche. Si se abrazan los amantes a la noche que termina, y los vivos a la vida. Si la parca nos abrazará cuando nos lleva y nosotros le devolvemos el abrazo. Por qué abrazamos ideas, abrazamos amores. ¿Se abrazarán los árboles cuando no los vemos, o acaso sus raíces bajo tierra crecen tanto buscando otro árbol a quien llegar? Descubro que como desesperados abrimos los brazos pidiendo contacto, sin reconocer que lo que abrimos en realidad es el alma a quien a ella llega. Pedimos abrazos aunque les tememos. Abrazamos, aunque no sepamos por qué abrazamos.
martes, marzo 18, 2008
Los modelos que no fueron
Hace algunos meses recibí distintos regalos, algunos pequeños, otros más grandes. No fue por cumpleaños, ni por navidades. Fueron regalos (¿o debería decir gestos?) recibidos por trabajo. Me enteré por pura casualidad que unos diagramas que entregué a una asociación origamística hace más de dos años serían publicados: El cuarto número de la revista que publica “Origami.art.pl” incluiría un daspletosaurio que es diseño propio. También resultó que la revista francesa “Le plie” publicó un jabalí propio, que resultó tan interesante para uno de los integrantes del grupo que destinó días y días a sacar una secuencia del plegado basándose en el cp. Y, el toque final a la alegría, un regalo hermoso dado por la AEP, que me invitó al evento de León 2008. Esos gestos me permitieron creer que la vida (origamística) había cambiado.
No conté, en esos momentos, de mis alegrías, pero en parte a eso es que debí el “renacimiento” creativo de los primeros meses de este año y de los últimos del año pasado. No conté, en esos momentos, pero incluso lloré al recibir la invitación de la AEP. No conté, en esos momentos, pero creo que todos lo supieron.
Me pregunto también qué será aquello que quiere enseñarme en este momento el universo, qué será aquello que sabe que necesito aprender. Solo me queda pensar aquello que desde hace unos años vengo pensando: las cosas siempre ocurren para bien, aunque no logres reconocerlas cuando ocurren, aunque no logres saber los motivos, aunque no logres entenderlas.
Un saludo a todos, y sirva esta carta como agradecimiento a tantas personas que hicieron de mi invitación un hecho posible. No lo olvidaré.
viernes, febrero 15, 2008
Camaleón
El acto de mirarse en el espejo es recurrente y necesario. El espejo apoya la construcción que de la imagen propia realizamos. El espejo nos devuelve, invariablemente, una imagen que nos permite construir el quién queremos ser a partir del quién creemos que somos. Resulta necesario (algunos dirán imprescindible) mirarse en el espejo. Pero el espejo no tiene por qué ser tierno. Nadie ha dicho al espejo que nos mire con ternura, nadie le ha enseñado a amarnos
El espejo es trampolín del actor que en cada uno de nosotros escondemos. La puesta en escena cotidiana es un fenómeno curioso por medio del cual nos preparamos para las diversas actuaciones que en el mundo realizamos. No somos siempre iguales, pues estos nuevos tiempos nos lo exigen. Cada vez con más frecuencia estamos dejando en libertad a aquel camaleón que ocultamos bajo las entretelas de la piel. El camaleón del alma sale día a día, noche a noche, y recorre los espacios que habitamos.
¿Será entonces que, en realidad, lo único que somos es un remanente de mimetismo? ¿Tendremos ya la piel preparada para camuflarse según las circunstancias?
Con frecuencia me miro al espejo, aunque he de confesar que rara vez me miro al espejo físico, pues la imagen que este refleja me resulta familiar y conocida, inmutable en medio de su eterna variabilidad. Veo el reflejo que aquel espejo que los otros llevan en sí me enseña. Ese reflejo en los ojos y el rostro de los otros es capaz de mostrar siempre una imagen diferente. Que terrible y dulce consecuencia, que el reflejo que vemos en otros no corresponda a la imagen que esperamos recibir.
La paradoja es que, quizás, allí se encuentre el secreto del observador. El otro puede decirnos más de nosotros mismos que aquello que un simple espejo nos refleja. El otro construye también la imagen que deseamos. Para él la construimos, por él la maquillamos. Y a veces, solo a veces, el otro si ha aprendido sobre la ternura.
"Aquele dia, seu reflexo acordou do outro lado do espelho..."
Freqüentemente me olho no espelho.
O ato de se olhar no espelho é recorrente e necessário. O espelho apóia a construção que fazemos da própria imagem. O espelho devolve-nos, invariavelmente, uma imagem que permite-nos construir o quem queremos ser partindo do que cremos que somos. È necessário (alguns dirão imprescindível) olhar-se no espelho. Mas o espelho não tem por que ser tenro. Ninguém disse ao espelho que nos olhe com ternura, ninguém lhe ensinou a amá-nos.
O espelho é trampolim do ator que em cada um de nos escondemos.
A posta em cena cotidiana é um fenômeno curioso por médio do qual preparamo-nos para as diversas atuações que no mundo realizamos. Não somos sempre iguais, pois estes novos tempos exigem-nos. Cada vez com mais freqüência deixamos em liberdade o camaleão que ocultamos embaixo das "entretelas" da pele. O camaleão da alma sai dia a dia, noite a noite, e percorre os espaços que habitamos.
Será então que, na realidade, o único que somos é um remanente de mimetismo? teremos já a pele preparada para se camuflar segundo as circunstancias?
Com freqüência me olho no espelho, porem confesso que rara vez me olho no espelho físico, pois a imagem que ele reflete resulta-me familiar e conhecida, imutável no meio de sua eterna variabilidade. Vejo o reflexo que aquele espelho que os outros levam em si me ensina. Esse reflexo nos olhos e no rosto dos outros é capaz de mostrar sempre uma imagem diferente. Que terrível e doce conseqüência, que o reflexo que vemos nos outros não corresponda à imagem que esperamos receber.
O paradoxo é que, tal vez. lá se encontre o segredo do observador. O outro pode dizer-nos mais de nos mesmos que aquilo que um simples espelho reflete-nos.O outro constrói também a imagem que desejamos. Para ele a construímos, por ele a maquiamos. E, às vezes, só às vezes, o outro sim aprendeu acerca da ternura.
sábado, febrero 09, 2008
Dragón y Jinete
Entre esos modelos pensé en un dragón con jinete. ¿Otro dragón más? Sí, uno más, pero que en su lomo llevase a un jinete. No es una idea nueva, ni mucho menos una idea "original". Existen decenas de películas y libros en los cuales jovenes guerreros, aprendices de magos o temerarios aventureros recorren el mundo llevados en la espalda de un dragón.
En ese sentido, plegar un ser “a lomo” de una criatura mitológica tiene una ventaja, pues la desproporción no es un asunto que sea tan notorio dado que el ojo no tiene un referente real sobre los tamaños relativos de ambos sujetos. El tema ya ha sido explorado, aunque aún faltaría ver diseños diferentes. Los ejemplos más notorios son los de Miyajima (con quizás el más famoso caballero sobre dragón en origami) y Anibal Voyer (con diversas versiones 1 y 2 ).
miércoles, febrero 06, 2008
Piedras
La palabra es una cosa poderosa. Construye destruye esconde consuela destroza abraza desnuda. La palabra es origen y destino. La palabra es. Pero a pesar del poder de la palabra, hemos de reconocer que no es algo innato al hombre, pues la palabra es construcción social (y en parte personal) que vamos aprendiendo con el paso del tiempo. Esta distancia tomada de lo natural es un elemento fundamental para comprender por qué a veces la palabra nos confunde tanto.
Otra cosa es la comunicación, esa sí innata al hombre. Desde que nacemos nos comunicamos, con un conjunto de signos y símbolos llenos de significado e interpretación. A veces para comunicarnos usamos la palabra, pero incluso en esos casos lo que importa a nuestro cerebro es lo no verbal por encima de lo verbal.
Todo comunica, todo dice. También el origami, canal de comunicación del alma del artista. Al eliminar lo no verbal del mensaje nos queda solo la palabra, y esa engaña. Ése es, quizás, uno de los problemas claves en el texto escrito contemporáneo, especialmente en aquel que es pensado en el formato chat o e-mail, en el cual métricas y ritmos, cadencias y emociones son desterrados con frecuencia.
Si aceptamos que todo comunica (bien o mal, pero comunica) no deja de resultar sorprendente que seamos tan malos haciéndolo. Todos hemos oído aquella frase de “sé qué quiero decir, pero no sé cómo decirlo”, o esa otra de “no me salen las palabras”… Muchos hemos visto como otros interpretan el mismo texto que nosotros leímos o incluso escribimos de una forma tan distinta a la que nosotros pensamos. Y por si esto fuera poco, vivimos rodeados por asesinos de la comunicación. Muchos foros de internet son ejemplo perfecto de “cómo asesinar una línea de comunicación naciente”. Excesivos correos fuera de tema, conversaciones monopolizadas por uno o dos interlocutores, censuradores dispuestos siempre a destruir lo que otros señalan, excesos de mensajes sin sentido por el simple hecho de participar, corrillos y chismes que se magnifican por respuestas de otros que nada tienen que ver y que leen sin la suficiente información para juzgar, otros que escriben en lenguajes crípticos que solo ellos mismos entienden, y un sinfín de intentos de asesinato adicionales que no vale la pena nombrar.
Desde otro punto de vista, estos asesinatos conllevan una manifestación que es poéticamente hermosa. Aquellos asesinos de comunicación obligan a que los demás se refugien en el silencio. Y ese silencio es el principal medio para comenzar a comunicar. Sin el silencio no hay forma de dar paso a la real comunicación. El gran dolor es que cada vez que rompemos el silencio surge de las sombras un nuevo asesino que, muchas veces sin intención, genera un nuevo dolor.
Y entonces, de nuevo, volvemos al silencio.
El de hoy es el 7 curso universitario sobre comunicación que tengo el placer de acompañar. De ellos, lo que más me ha gustado es la enorme posibilidad que se me ha dado de mirarme en el espejo, de confrontarme, de darme cuenta de lo mucho que me equivoco al hablar y al escribir, de los muchos errores que he cometido, y de los muchos silencios en los que me he refugiado. Me ha dado la oportunidad de dejar de quejarme porque “nadie escribe” y empezar a preguntarme “por qué nadie escribe”. Pueda ser que, alguna vez, deje de asesinar comunicaciones recién nacidas. Pueda ser que alguna vez los demás asesinos tengan la oportunidad de enfrentarse como yo al espejo, y que tengamos el valor de construir lugares en los cuales las piedras dejen de caer y las usemos para construir
***
Versão em português (Untalgregorio)
Pedras
Nesta entrada cruzam-se dois fatos totalmente isolados porem, olhados pelos mesmos olhos me obrigaram a escrever. Comecei hoje um novo curso de habilidades comunicativas, e li um bonito correio enviado a uma das tantas listas de origami nas que estou inscrito, mais, na que por diversos motivos minha participação se limita a ler. Ambos fatos obrigam-me, esta noite, a pensar na palavra.
A palavra é uma coisa poderosa. Constrói destrói esconde consola estraçalha abraça despe. A palavra é origem e destino. A palavra é. Mais, a pesar do poder da palavra, temos que reconhecer que não é algo inato ao homem, pois a palavra é construção social (e em parte pessoal) que vamos aprendendo com o passo do tempo. Essa distancia tirada do natural é um elemento fundamental para compreender por que às vezes a palavra confunde-nos tanto.
Outra coisa é a comunicação, essa sim inata ao homem. Desde que nascemos comunicamo-nos, com um conjunto de signos e símbolos cheios de significado e interpretação. Às vezes para comunicarmo-nos usamos a palavra, mais também nesses casos o que importa ao nosso cérebro é o não verbal por cima do verbal.
Todo comunica, todo disse. Também o origami, canal de comunicação da alma do artista. Ao eliminar o não verbal da mensagem queda-nos só a palavra, e essa engana. É esse, tal vez, um dos problemas clave no texto escrito contemporâneo, especialmente naquele que é pensado no formato "Chat" ou "E-mail", no qual métricas e ritmos, cadências e emoções são desterrados freqüentemente.
Se aceitarmos que todo comunica (bem ou mal, mais comunica) não deixa de ser surpreendente que sejamos tão maus fazendo-o. Todos ouvimos aquela frase : "sei o que quero dizer, mais não sei como dizê-lo", ou essa outra: “as palavras não me saem”... Muitos temos visto como os outros interpretam o mesmo texto que nos limos ou inclusive escrevemos duma forma tão diferente da que nos pensamos. E por se isso fosse pouco, vivemos rodeados por assassinos da comunicação. Muitos fóruns da Internet são exemplo perfeito de "como assassinar uma línea de comunicação nascente". Excessivos correios fora de tema, conversações monopolizadas por um ou dois interlocutores, censuradores dispostos sempre a destruir o que outros sinalam, Excessos de mensagens sem sentido pelo simples fato de participar, fofocas e "disse me disse" que se magnificam por resposta de outros que nada tem a ver e que lêem sem a suficiente informação para julgar, outros que escrevem em linguagens crípticos que só eles mesmos entendem, e um sem fim de tentativas de assassinato adicionais que não vale a pena nomear.
Desde outro ponto de vista, esses assassinatos conlevam uma manifestação que é poeticamente formosa. Aqueles assassinos da comunicação obrigam aos demais a se refugiar no silêncio. E esse silêncio é o meio principal para começar a se comunicar. Sem o silêncio não há forma de abrir passo a real comunicação. A grande dor é que cada vez que quebramos o silêncio surge das sombras um novo assassino que, muitas vezes sem intenção, gera uma nova dor.
E então, de novo, voltamos ao silêncio.
O de hoje é o sétimo curso universitário sobre comunicação que tenho o prazer de acompanhar. Neles, o que mais gostei é a enorme possibilidade que recebi, de olhar-me no espelho, de me confrontar, de me dar conta do muito que erro ao falar e ao escrever, dos muitos erros que cometi, e dos muitos silêncios nos que me refugiei. Deu-me a oportunidade de parar de queixar-me "porque ninguém escreve". Pode ser que alguma vez deixe de assassinar comunicações recém nascidas. Pode ser que alguma vez os outros assassinos tenham a oportunidade de se enfrentar como eu ao espelho, e que tenhamos o valor de construir lugares nos quais as pedras deixem de cair e as usemos para construir.
domingo, enero 20, 2008
De modelos perdidos y caminos vueltos a encontrar
Yo, con frecuencia, he olvidado modelos propios. En los casos más afortunados, algunos de ellos me han sido enseñados por alguien a quien se los enseñé al ser creados (casos afortunados esos)…. Otras veces, también afortunadas, aquellos modelos plegados naufragan en aquel viejo cajón que se llena de ensayos y modelos que nunca fueron presentados. En ese caso es un proceso de doblar y desdoblar de nuevo, de releerse y sorprenderse con ideas que uno creía olvidadas.
Buena parte de los modelos que he presentado en estas últimas semanas son, precisamente, relecturas de modelos anteriores. Variaciones y reajustes de otros modelos que alguna vez creé. El caballo que va a galope, el toro, y un elefante que no he presentado aún son ajustes a modelos que plegué hace algunos años pero que no fueron presentados por diversos motivos. Espero sean versiones “mejoradas” de aquellos viejos modelos.
Este que hoy presento es también un modelo que ya plegué alguna vez, pero que tristemente fue olvidado. En su momento, era un modelo que me hacía sentir orgulloso, que representaba quizás por vez primera un pastor de árboles en origami. Pero el modelo no fue nunca comentado. Quizás se debió a la mala foto o el pobre plegado presentado. Quizás fue un modelo inentendible en su momento, o simplemente nació bajo el signo del olvido, no lo sé, pero ninguna palabra recibió cuando fue presentado. Y con el tiempo, el modelo, también para mí, cayó en el olvido. Doloroso olvido por demás.
Aprovechando entonces estos tiempos de recuerdos he querido plegarlo una vez más. Quizás las arrugas de esta vez sí parezcan ser tronco de árbol, y las puntas recuperen el verdor que lo lleven a caminar mejor. Quizás el signo zodiacal de este renacimiento sea uno de visiones y no de ocultamientos, o simplemente la foto esté mejor. Sea cual sea el caso, un viejo nuevo pastor de árboles camina por estas soledades, esperando que no sea su tiempo aún de volverse completamente arbóreo.
jueves, enero 17, 2008
Silencio
Hay mucho por decir acerca del silencio. Es hermano, mayor, de la palabra, y probablemente por eso sea más maduro y un poco más sabio. Es más antiguo que la voz, y más poderoso, y debiera ser más normal al ser humano. Es más íntimo, y más primitivo.
Muchos creen que el silencio es árido, seco, como el cauce muerto de un rio inexistente. Conozco silencios así. Otros creen en silencios que cantan, que hablan, que fluyen. De esos conozco varios. Hay silencios de todo tamaño y medida, de todo color y edad. Hay silencios que deben ser guardados por obligación, otros por necesidad. Hay silencios que duelen porque deberían ser palabra, y también palabras que más valdría fueran silencios.
Una de sus diferencias fundamentales ha de ser la comodidad. La palabra es, a pedido de la modernidad, cómoda. Nos sentimos cómodos con ella (y algunos en ella). Prendemos la televisión o el radio al entrar en una habitación para no sentirnos tan solos, porque silencio y soledad suelen comenzar igual. Tememos al silencio y sus implicaciones, y eso se ha vuelto la norma en todas nuestras comunicaciones. Por chat, las personas escriben desesperadas, mandan sonidos y teclean en medio de la infinita necesidad de sentir que hay alguien (cualquiera) al otro lado de la línea. Tememos la soledad y la relacionamos con el silencio. Probablemente, una forma de saber que tan solos estamos sea ver que tanto silencio podemos guardar sin que nos consuma el miedo.
Las últimas semanas he tratado de guardar silencio, y también de recuperarlo. La nueva apariencia del blog busca resaltar un silencio que diga, que deje hablar. También he tratado de recuperar el decir de los dedos, y así surge este modelo cuyo tema base (un rostro del que saliera cabello hacia un lado) es idea de Fabián Correa.
Este silencio que he plegado hoy es un silencio fluido, un silencio que vive. Hace días quería plegar un modelo más cercano a mi alma, puesto que últimamente me dedico al mundo animal. Parte de una rectángulo de 2*1, y es resultado de la investigación en las técnicas de dobleces curvos y de bajo relieve. Solo presenta un par de dobleces “formales” en el diseño del rostro. Como línea de investigación y expresión, no puedo negar que me atraen estos diseños que hablan más de superficies que de pliegues, pero aún me resulta claro que la superficie ha de estar contenida por el pliegue. Como comentario, al margen de la hoja, esta línea de investigación es consecuencia de una serie de preguntas y recomendaciones realizadas por Saadya hace un par de años. A esas preguntas la única respuesta que he logrado dar aún sigue siendo, como lo fue cuando fueron formuladas, el silencio.
viernes, enero 11, 2008
De toros y bravuras
Este error suele ser, en muchos casos, debido a que inocentemente confío en el ojo propio, en los ojos del artista. Y los ojos del artista miran como su alma manda, no como manda el canon de la realidad.
Desde esa época he querido plegar un toro. Pero uno que me guste, uno que corra entre mis dedos. Hace algunos años plegué uno que tenía aquello que para mí resulta ser un toro: El porte. Sin embargo, el modelo se ve corto en proporciones y relaciones, en patas, en orejas.
Me he puesto entonces a la tarea de plegar un toro que sea un poco más cercano a la realidad (y lejano a mi percepción), pero el resultado sigue siendo de percepciones más que de realidades. Pero eso, visto desde otro punto de vista, no es algo extraño en mí. De hecho, ni siquiera en el origami, esquema e interpretación más que realismo (que pareciera ser una moda más actual).
En el caso de los toros, existen algunos modelos dignos de mención. Probablemente el más impresionante sea el realizado por Joisel, ejemplo de realismo más que de interpretación. Pero no es el único. Uno de los más hermosos ejemplares es el de Gabriel Álvarez, uno de esos origamistas que es menos reconocido de lo que debería (-aquí una entrada que hay que leer sobre el maestro-), y otro impecable es el de Stephan Weber. Uno más, hermoso, es el del suramericano Alejandro Dueñas, tristemente poco difundido. Hay luego otro nivel de toros más esquemáticos, entre los que se destacan uno de Yoshizawa (omnipresente en el tema de animales), y otro de Masahiro Yamanashi.
miércoles, enero 02, 2008
Ejercicios sobre imitación
a. Se toma una fotografía (solo una) de un modelo del cual no se tenga acceso a sus instrucciones
b. Se pliega el modelo.
c. Se pide inspiración divina
d. Fin
“El problema fundamental en términos del origami es que estamos olvidando la imitación y estamos cayendo en la reproducción. Y la imitación es enriquecedores en dos sentidos: enseña y produce una nueva manifestación artística. En cambio la reproducción no produce una nueva manifestación, se limita a ‘copiarla’ y aunque para el público pueda ser lo mismo, para el artista no lo es (de hecho, para el público tampoco debería serlo).”
Este es uno de esos casos. He tomado como foto final el soberbio gato presentado por Giang Dinh en Masters of Origami en Vancouver y tratado de plegar mi propia versión de dicho gato. El resultado, si bien tiene cierta distancia del original, no deja de lado un enorme parecido con el original. Me he cuestionado este par de días sobre si presentar o no el modelo, pero una búsqueda rápida en la web permite encontrar que este tipo de gatos no es un asunto nuevo. Herman van Goubergen plegó uno que puede considerarse base en un temprano 1996. Joisel sacó una versión hace cerca de un año. Anibal Voyer plegó uno más en la misma posición. Daniela Carboni tiene uno precioso de un par de hojas y los Sumakov tienen uno similar. Incluso Román Díaz ha sacado uno más.